Page 155 - La Rebelión de Tupac Amaru Vol 1
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             La rebelión de Túpac Amaru II
            fortaleció con ellos en el importante puente nombrado Guacachaca; en que
            impidió el tránsito de aquel enemigo. Daba mucho cuidado el mantener de-
            fendidos los pueblos fieles de la quebrada de la provincia de Quispicanche,
            contra los rebeldes de ella en los dos partidos altos de Pomacanche y Ocanga-
            te, con la grande cordillera de Ausangate, y guarnecer los puertos de Caycay,
            Urcos y Quiquisana: y faltando allí corregidor desde que murió en Sangarara-
            ra D. Fernando de Cabrera, se nombró por el Cabildo y junta de Guerra por
            justicia mayor, con el mando militar, á don Pedro Concha y Jara, caballero
            jóven de esta ciudad, hacendado en dicha provincia, que admitió este encargo
            resistido por otros que recelelaban el riesgo de poderse defender contra tan
            inmediatos y numerosos enemigos. Y habiéndose auxiliado con alguna tropa
            y pocas armas, se le encargó la fábrica de rejones en aquellos pueblos, y reclu-
            tando la gente española y mestiza de ellos, los conservó en fidelidad con em-
            peño y conocido espíritu, hasta que los invadió el rebelde, de tránsito á esta
            ciudad, con su ejército, y entónces se retiró aquí con la gente española que fué
            destinada á la defensa del pueblo de San Jerónimo, y concurrió poco despues
            á la funcion de Sailla, habiéndole quemado sus casas y robado sus bienes y
            ganados, como lo hizo en las demas haciendas de españoles. El Dr. D. Pedro
            Santiestéban, cura del pueblo de Urcos, que es capital de la misma provincia,
            esforzó su celo y predicacion para mantener fieles y constantes á sus feligreses,
            que se hallaban insultados de los rebeldes por todos sus frentes, alentándoles
            á la defensa del puente, y que embarazasen el tránsito á los muchos enemigos
            que lo intentaban. Hizo este eclesiástico los oficios que debiera un comandan-
            te militar, para repartir los acometimientos del enemigo, en ocasion de no te-
            ner todavía jefe la provincia, y logró no internasen á su pueblo los que estaban
            ya apoderados del inmediato de Quiquisana. Acompañó despues al justicia
            mayor y comandante Concha, con el mayor esfuerzo y empeño, para conse-
            guir fuese preservado todo el trozo de la Quebrada. Comunicó frecuentes no-
            ticias á la junta de Guerra y reverendo Obispo de los movimientos que obser-
            vaba en los rebeldes, y cuando llegó el término de internar el traidor José
            Gabriel Tupac Amaro, se resolvió á pasar de noche, con mucho riesgo de su
            persona, atropellando partidas de enemigos, á dar parte de sus designios, cuya
            anticipada noticia y la que comunicó D. José Gomez, cura del pueblo de Oro-
            pesa, sirvió para expedir con presteza el destacamento que salió á su oposicion
            al sitio de la Angostura, donde se logró la famosa funcion de Sailla, con que se
            le cortaron al rebelde sus primeras ideas de entrar por allí á esta ciudad, de-



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