Page 151 - La Rebelión de Tupac Amaru Vol 1
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
La rebelión de Túpac Amaru II
rondas y guardias, y se puso en correspondiente instruccion. Ningun vecino
dejaba de manifestarse pronto y dispuesto con sus armas para la defensa, y
siendo justo ver unida la nobleza, se formó otro distinguido cuerpo de ella,
sin que se reservase sujeto de edad ni carácter, que no se incluyesen en su lista,
y formada otra compañía, se nombró por la junta de Guerra por capitan de
ella con el grado de coronel interino á D. Faustino Alvarez de Joronda, conde
de Vallehermoso; por teniente á D. José Antonio Vivar, gobernador absuelto
de Pancartambo, y de alférez al regidor D. Francisco de la Serna. Ya con este
noble cuerpo no le quedaba á este cabildo y su junta otro empeño que el ver
puesto sobre las armas al estado eclesiástico. No se tardó en cumplir este de-
seo, porque el reverendo Obispo, estimulado de la necesidad y de su propio
honor, dispuso congregar á su casa episcopal toda la clerecía y colegios de ella.
Formó cuatro compañías, solicitó las armas que tenian y les mandó ejercitar
un eclesiástico instruido en el manejo. Les puso oficiales de su clase, y por
su comandante al dean Dr. D. Manuel de Mendieta, quien con poca demora
de dias se presentó con este venerable cuerpo en la plaza á caballo. No podrá
este cabildo explicar la ternura con que admiró ver manejar las armas á unos
sacerdotes que se lo prohiben las leyes; pero la urgencia obligó á ello y facilitó
la dispensa. Túvose por necesario formar un cuerpo de caballería ligera para
acudir prontamente á reconocer los puestos y guardias avanzadas y reparar
los movimientos del enemigo, para lo que se reclutó alguna gente adecuada, y
llegando despues los mozos españoles y mestizos de la provincia de Chumbi-
bilcas, se ofrecieron con caballos y mulas propias á este servicio, y habiéndose
buscado y costeado las que faltaban, se verificó poner el número de ochenta
hombres al mando de D. Santiago Allende, á quien interinamente graduó la
junta de Guerra de coronel, para que le aumentase y sirviese de estímulo á su
mejor desempeño. Todas estas tropas, que componian ya el número de cerca
de tres mil hombres, se uniformaron con variacion en las divisas á la disposi-
cion y cuidado de D. Manuel de Villalta, que ejerciendo el empleo de inspec-
tor, se hizo cargo del vestuario y aseo de las armas. Diariamente se conducian
todos los cuerpos á la grande plaza del cuartel general, del que salian tambien
los que estaban en él. Pasaban listas y recibian órdenes que comunicadas por
el mayor general D. Juan Manuel Campero se distribuian por el comandante
D. Joaquin Balcárcel y el coronel de la plaza D. Miguel Torrejon, que alternati-
vamente cuidaban de su puntual observancia, y el grande y lucido concurso de
estas uniformadas tropas daba contento y animosidad á todo el noble y popu-
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