Page 148 - La Rebelión de Tupac Amaru Vol 1
P. 148

Volumen 1
                                    Informe relacionado del Cabildo,  Justicia y Regimiento de la ciudad del Cuzco
            de Santiago, corregidor de la provincia de Abancay, se presentó en esta ciudad
            el dia 22 de Noviembre con 200 hombres uniformados, con algunas armas
            de chispa y rejones. Esta tropa, por su aseo, y el jefe militar que la conducia,
            aumentó el gusto de ver que crecia el cuerpo de ejército para hacer una gue-
            rra defensiva, y formarle para la ofensiva; y reducida á cuatro compañías, á
            que se aumentaron despues dos más, se hizo cargo de su mando y manejo
            su coronel D. Gaspar de Ugarte, alférez Real de esta ciudad; se pusieron en
            ellas capitanes, de que carecian, que lo fueron D. Antonio de Ugarte, don José
            Calvo y Antequera, D. Pedro de Concha, D. Luis de Mendieta, D. José María
            de Mendieta y D. Tomas de Martiarena, y acomodados en el cuartel general,
            empezaron á montar guardias por compañías, alternando con las de la ciudad,
            en que manifestaron empeño, inspirado de su primer comandante el corregi-
            dor Villalta, sirviendo todos los oficiales voluntarios, sin la pension de sueldos.
            Llegó á este tiempo el teniente coronel de ejército D. Juan Manuel Campero,
            del órden de Santiago, vecino de esta ciudad, de regreso de España, provisto
            al gobierno de Chuscuito, y tuvo por oportuno el cabildo y junta de Guerra se
            formase ésta en adelante con el aumento de estos jefes, manteniendo la auto-
            ridad y superior mando á D. Fernando Inclan, como corregidor y teniente de
            capitan general del Virey. A. D. Manuel de Villalta se le encargó la inspeccion
            de las tropas. Nombróse de mayor general á D. Juan Manuel Carro, quien
            nombró por su edecan ó ayudante á su hijo D. Mariano Campero, capitan de
            infantería de esta plaza, con lo que se fueron formalizando las prevenciones
            para operar en lo que ocurriese. La falta de armas, y reparar los defectos de
            las que habia, fué uno de los principales cuidados, y se encargó la refaccion de
            ellas al diligente empeño de D. Francisco Laisequilla, sargento mayor y corre-
            gidor absuelto de la provincia de Chumbibila, sujeto que tenía acreditado su
            honroso desempeño, y le manifestó más despues en repetidos sucesos. El co-
            rregidor de la provincia de Andaguailas, D. Antonio Villalba, oficial de la Real
            armada de V. M., condujo el ventajoso número de más de 1.000 hombres con
            algunas armas de fuego y rejones, en que se incluyeron 50 fusiles que despa-
            chó la ciudad de Guamanga. Esta buena tropa se acuarteló  en la casa y colegio
            de S. Francisco de Borja, donde se educan los indios nobles, hijos de caciques,
            y su espaciosidad dió lugar á los continuos ejercicios doctrinales, con lo que se
            puso en la correspondiente instruccion, cuidaron bien de ella su comandante
            el corregidor Villalba, su coronel D. José de Zaldívar y Saavedra, vecino de
            esta ciudad, el teniente coronel D. Andres de Vemgolea, que la convoyó desde



                                               147
   143   144   145   146   147   148   149   150   151   152   153