Page 585 - Debate Constitucional 1993 - Tomo II
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Y no he sido elegido para votar artículos que no  llos que han puesto en nuestra boca palabras fal-
                  tienen viabilidad inmediata y efectiva de poder  sas cuando han preguntado: ¿ustedes creen que
                  aplicarse. En consecuencia, me declaro insatis-  con la pena de muerte van a acabar con el terro-
                  fecho por su redacción; pero voy a votar con la  rismo? Nunca lo ha dicho esta bancada. Yo no he
                  esperanza de que pueda lograrse, a través de los  escuchado tampoco a ninguna persona inteligente
                  tratados y la vigencia de las leyes, su más pronta  en el Perú que lo haya dicho. Nosotros, enfática-
                  aplicación.                                 mente, rechazamos la posibilidad de que con esta
                                                              ampliación de la pena de muerte se resuelva el
                  Y aclaro a mi colega Barba Caballero, que ha di-  problema del terrorismo. ¡Falso! Nadie ha dicho
                  cho una frase desdichada: "Ustedes quieren fusi-  eso. Es un elemento que ayuda, que contribuye,
                  lados para la campaña de 1995". El doctor Barba  y por esa razón, sólo por esa razón, es que no
                  Caballero, que no quiere sumar ni restar, se olvi-  tenemos entusiasmo alguno a la hora de votar.
                  da que esta Constitución no puede estar vigente  He dicho, y aquí termino, que es esto lo que im-
                  antes de setiembre, octubre o noviembre; que el  porta en el voto: si aplicando una ampliación de
                  Tratado tiene que ser denunciado un año antes  la pena de muerte, yo salvo vidas y hago que ino-
                  como mínimo, y que después entraría en vigen-  centes no mueran, ¡tendré que votar a favor de
                  cia la pena de muerte. Por lo que no podría ha-  la muerte para salvar la vida!
                  ber fusilado alguno en el Perú antes de marzo de
                  1995, cuando ya tendremos no un candidato, sino  He dicho.
                  un Presidente elegido.
                                                              El señor PRESIDENTE.— Señor Marcenaro
                  De tal manera que ese tipo de afirmaciones hay  Frers, puede hacer uso de la palabra.
                  que levantarlas ahora, para no hacer que la opi-
                  nión pública se engañe con el debate de hoy, que  El señor MARCENARO FRERS (NM-C90).—
                  no es un asunto político inmediato, sino un pro-  Señor Presidente: Permítame comenzar leyendo
                  blema crucial para enfrentar la violencia y el te-  las palabras que dije el 10 de junio, en la Comi-
                  rror.                                       sión de Constitución y de Reglamento, a la cual
                                                              me acababa de integrar. Dije expresamente:
                  Señor, otros congresistas han sido ya muy claros
                  en el rechazo a la actitud de organismos interna-  "Señor Presidente: En primer lugar, debo reco-
                  cionales, en especial de los Estados Unidos. La  nocer que éste es el tema que mayor dificultad
                  mayoría de los estados que conforman la Unión  me ha causado para poder tomar una decisión, y
                  norteamericana aplican la pena de muerte. El  me imagino que es el caso de muchos de los que
                  país del mayor número de abortos en el mundo  estamos aquí presentes.
                  no tiene derecho de ordenar, como condición para
                  la ayuda económica, que nosotros legislemos de  Qué difícil, señor Presidente, poder definir y de-
                  una u otra manera que es distinta a la que ellos  cidir sobre la vida de los seres humanos. Estoy
                  mismos legislan. Esa ley del embudo internacio-  totalmente de acuerdo en que aquello que debe-
                  nal, la rechazamos en defensa de los derechos  mos proteger, en principio, es el derecho a la vida.
                  soberanos del Perú.                         Así se ha reconocido, tanto en la Constitución
                                                              vigente, como en el proyecto de Constitución que
                  Y termino con una reflexión final. Ninguno de  estamos trabajando, donde hemos comenzado por
                  nosotros piensa en una pena de muerte para  reconocer a la vida como un elemento y un dere-
                  siempre. Estoy seguro que todos nosotros, que  cho fundamental del ser humano.
                  estaremos juntos en el voto, rogamos para que
                  esta pena de muerte desaparezca; inclusive, qui-  Sin embargo, también tenemos que reconocer que
                  zás hasta para los casos de traición a la patria en  existen circunstancias muy especiales, tantas
                  el futuro, porque la ley es siempre resultado de  como las que está viviendo nuestro país, que es-
                  la condición histórica y social de un pueblo. Es-  peramos resolver a través de la lucha antisubver-
                  tamos hablando de la pena de muerte en el Perú  siva, a través de todos los medios pacíficos que
                  de 1993.                                    se están dando, a fin de conseguir derrotar a este
                                                              flagelo que se llama terrorismo".
                  Nadie sabe cuál será el Perú de 1999. Ojalá que
                  sea distinto, y, en ese caso, nosotros mismos, aun-  Con esas palabras, señor Presidente, comencé mi
                  que estemos fuera del Parlamento, pediremos  exposición en la Comisión de Constitución y de
                  que, a cambio de circunstancias históricas, cam-  Reglamento, porque, a pesar de que estoy en con-
                  bie también la ley.                         tra de la pena de muerte, en aquella sesión tuve
                                                              que tomar mi gran decisión. Y era que no obs-
                  Pero, en segundo lugar, señor Presidente, noso-  tante que estaba en contra de la pena de muerte,
                  tros nunca hemos dicho, y yo protesto por aque-  sabía que la gran mayoría de los presentes en



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