Page 584 - Debate Constitucional 1993 - Tomo II
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tu condición de nación? De lo contrario, ¿por qué  el año. Y cuando uno le pregunta a ese poblador:
                  hemos aceptado la pena de muerte para el caso  "Dime amigo, ¿por qué lo han matado?" Enton-
                  de traición a la patria? ¿Por qué decimos que el  ces contesta: "¿Sabe por qué, doctorcito? Porque
                  que a la patria traiciona morir merece? Debería-  si lo soltamos vuelve a robar y no hay sociedad
                  mos decir que nadie debe morir nunca, ni siquie-  que lo castigue, porque la sociedad no es capaz
                  ra aunque traicione a la patria. Lo hemos acep-  de evitar que a mí me sigan robando. Entonces
                  tado ya catorce años, y lo hemos vuelto a aceptar  yo, como poblador, me protejo por mi cuenta y
                  hace poco tiempo, porque sabemos que si a la  resuelvo el problema". Son ejecuciones irregula-
                  patria se traiciona todos corremos el riesgo de  res. Y sé cuáles son las otras en las que están
                  desaparecer, porque nuestra defensa ante la trai-  pensando. Algunos malos elementos de las Fuer-
                  ción a la patria es agredir con una violencia por  zas Armadas que, en un enfrentamiento colecti-
                  lo menos suficiente como para poner freno a aque-  vo, donde han visto morir a sus compañeros y
                  llos que nos quieren destruir.              donde han apresado a los culpables del terror,
                                                              saben que éstos van a vivir libres. Y entonces
                  Aplicar excepcionalmente la pena de muerte es  deciden las ejecuciones extrajudiciales, arbitra-
                  un instrumento de legítima defensa, más aún en  rias, improcedentes, pero que han existido en la
                  el caso de una guerra, y más aún con el criterio  historia del Perú, entre otras razones, porque la
                  de la guerra justa, en la cual uno se defiende con  sociedad no ha sido capaz de armar una estruc-
                  lo que tiene a la mano para impedir que el ene-  tura legal que castigue conforme a ley.
                  migo lo venza. Pero no es la única razón. La ra-
                  zón más importante, que no es una razón de ale-  Y doy la última razón. A nosotros nos ha elegido
                  gría, que no es algo que uno defienda con entu-  más del 50 por ciento, y con ese asunto de banca-
                  siasmo, es ésta, ésta es la razón decisiva en mi  da de la población peruana, 30, 40 ó más al resto.
                  caso personal del voto que voy a dar.       Como el nuestro no es un problema de bancada
                                                              sino de conciencia, nos han elegido. Se supone que
                  Tenemos que escoger. Si creemos que la pena de  representamos a quienes nos han dado sus votos.
                  muerte tiene efecto disuasivo, y ya no digo casti-  Muy bien. Y, cuando vamos a preguntar a la gente
                  go proporcional; si creemos que tiene efecto  ¿está usted de acuerdo con la pena de muerte?
                  disuasivo, tenemos que aceptar que, después de  ¿Cuántos dicen no? 20, 25, 30. ¿Cuántos dicen sí?
                  esta modificación constitucional, probablemen-  65, 70 por ciento para el terrorismo. Muy bien.
                  te habrá menos muertos, porque aquellos que  Entonces, si queremos ser consecuentes con el
                  iban a matar matarán menos o no matarán.    mandato popular, ¿podemos decirle al que nos ha
                                                              elegido: tú quieres una ley pero yo, que soy ‘papá’,
                  Entonces, si aceptamos que tiene un efecto  te la niego, no te la doy, porque tú, pueblo, estás
                  disuasivo,  pregunto ¿qué queremos? A este lado,  equivocado? Como dijo un congresista, son los
                  decir que no hay más pena de muerte, inclusive  vaivenes de la inquietud popular.
                  para nada; y paralelamente, en este mismo lado,
                  un progresivo aumento de los abusos contra aque-  No, señor; yo sí confío mucho en la intuición po-
                  llos inocentes que ahora están vivos y que mori-  pular, y éste  es uno de los reclamos que el país
                  rán mañana, pasado mañana, dentro de tres, cua-  ha hecho. Yo no digo que estemos obligados siem-
                  tro, cinco años, si nosotros no damos la ley co-  pre a hacer caso a todo, pero ¿podemos negar que
                  rrecta. Y a este otro lado, dos, tres, cuatro ejecu-  el mandato del pueblo debería ser obedecido por
                  ciones, conforme a ley; pero, en este lado, tam-  quienes han sido elegidos para responder a ese
                  bién, quinientos, mil, dos mil peruanos vivos, que  mandato? ¿O podemos decirles a todos ellos: us-
                  podrían estar muertos si es que nosotros no tu-  tedes, que son 70 por ciento, 15 millones de pe-
                  viéramos el coraje de afrontar la realidad confor-  ruanos, están locos, nosotros los congresistas te-
                  me nos ordena la conciencia, la vía moral y la  nemos la razón y tú, pueblo, quédate con las ga-
                  legítima defensa a que la sociedad tiene derecho.  nas, porque nosotros no daremos la ley que tú
                                                              has pedido? Pregunto si eso sería consecuente
                  Y dos últimas razones, una más importante que  con el mandato.
                  otra; pero hay que mencionarlas, sobre todo para
                  mis amigos defensores de los derechos humanos,  Y ahora me voy a referir a dos asuntos finales. El
                  de todas las bancadas, incluyendo la nuestra.  primero es éste: el artículo, tal como ha sido pre-
                                                              sentado, a mí no me gusta, pero voy a votar a fa-
                  Se habla en el país de acciones extrajudiciales.  vor. No me gusta, porque lo ha advertido el doctor
                  Cuando agarran a un ladrón en los pueblos jóve-  Chirinos, lo dijimos en la Comisión de Constitu-
                  nes, todos sabemos lo que hacen, ¿no es verdad?  ción y de Reglamento, y consta en la sesión del 10
                  A las tres de la mañana, porque robaba cuatro  de abril —la tiene el doctor Marcenaro a su costa-
                  ropas de vestir colgadas en un tendal, muerto en  do—; dijimos que estábamos votando por un artí-
                  el acto, ¿sí o no? Tres, cuatro, cinco, seis casos en  culo que iba a ser excesivamente difícil aplicarlo.



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