Page 575 - Debate Constitucional 1993 - Tomo I
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podría penetrar en el alma del soberbio". Y creo Yo no sé en qué momento me ha visto el señor
que eso es aplicable al caso del señor Rey. Moreyra renegar de mi juramento. Yo nunca he
dicho ni una frase a favor del golpe de Estado, no
Nadie tiene derecho a darnos todos los días lec- podrán encontrar ni una declaración mía al res-
ciones de qué cosa está bien y qué cosa está mal, pecto; pero sí he reconocido la necesidad que te-
como si él fuera el dueño de la verdad. ¿Quién lo níamos lo peruanos de mirar hacia delante y de
ha convertido a él en dueño de la verdad? ¿Quién salir de la crisis que se había originado.
le ha dado a él el derecho de decir "esto está bien
y esto está mal"? ¿Él no tiene dudas? Eso es so- He jurado ante la Constitución anterior y he he-
berbia. cho lo que en mis manos estaba para procurar
que ella se cumpliera, y no tengo la menor duda
En el anterior Congreso juramos cumplir una de que así lo hice. Si juré cumplir esa Constitu-
Constitución, que es ésta, y he visto al señor Rey ción, hice lo mismo que todos los que estamos en
renegar de su juramento apenas se dio golpe de este Congreso como integrantes.
Estado. Entonces, ¿con qué derecho el señor Rey
puede decir ahora que yo no tengo capacidad para En cuanto a lo que se ha dicho de mi referencia a
contribuir en una nueva Constitución, cuando él la Iglesia Católica, quiero hacer dos precisiones.
renegó de su juramento?
La primera es reitero que la Comisión Per-
Yo no admito lecciones de moral ni a él ni a la Igle- manente, incluso en la Iglesia Católica, no es la
sia Católica. Felizmente, soy un hombre libre. opinión de la Iglesia en el Perú.
No pretendo continuar en este debate, pero sí En segundo lugar como se lo he hecho saber al
quiero añadir que estoy absolutamente conven- señor Ferrero y quiero aclararlo públicamente,
cido de que no es intención de la mayoría ni del no estoy hablando de que haya asuntos sociales
Presidente de la República hacer una nueva Cons- en los cuales la Iglesia no deba orientar con su
titución, sino cambiar algunos artículos de la doctrina. El punto es que los objetivos que tie-
Constitución de 1979. Ése es el verdadero objeti- nen origen moral y origen ético y que son parte
vo. Además, quiero decir que todo este ejercicio de la doctrina de la Iglesia con respeto a quien
que estamos realizando debe ser hecho de la mejor no pertenece a la Iglesia Católica parten, por
manera posible, lo cual significa hacer un esfuerzo
para que, el tiempo que dure esta Constitución supuesto, de una visión que está fundamentada
en una moral objetiva y en una ética que tienen,
que no va a ser mucho, se haga el menor daño.
evidentemente, repercusiones en la vida social.
Gracias, señor Presidente.
Por tanto, la dignificación del maestro, la aten-
El señor PRESIDENTE. Antes de concluir ción adecuada de la salud, el respeto a la digni-
el debate, vamos a concederle la palabra al señor dad de las personas, la gratuidad de la enseñan-
Rey por haber sido aludido. za para quien la requiere, etcétera, todos son
objetivos que tienen un origen moral, y en eso
Le ruego que sea breve en su última interven- estoy completamente de acuerdo. No pongo en
ción. duda la autoridad de quien yo considero la Igle-
sia como la verdadera para aceptarla y orien-
El señor REY REY (R). Muchas gracias, se- tarme en ese sentido.
ñor Presidente.
Quiero dejar claro que respecto a los temas so-
Me dice la doctora Helfer Palacios a quien yo ciales, la Iglesia, de acuerdo con esos principios
no callo como me calló el señor Pease García de valor moral, orienta, no obliga, porque la Igle-
que lo haga sin soberbia. Si el entusiasmo propio sia Católica respeta mucho la libertad individual
de mi carácter y de mi temperamento es sinóni- y, por tanto, las distintas opciones para llegar a
mo de soberbia, no tengo más que reconocerlo y los mismos objetivos, que desde el punto de vista
pedir disculpas públicas. No tengo ningún incon- ético y moral sí son directrices.
veniente.
De esta manera, no es posible decir como se ha
Creo que todos tenemos algo de soberbia, y en lo afirmado que pretendo distinguir lo que es la
que a mí respecta, bastante; no tengo objeción vida religiosa privada de lo que es la vida públi-
en reconocerlo ni en pedir disculpas por eso. Ade- ca. La doctrina tiene efectos sociales, el único
más, quisiera ser cada día menos soberbio; sin punto es que, en los asuntos sociales, la Iglesia
embargo, no estoy pretendiendo dar clases de orienta, no obliga; orienta para conseguir los ob-
moral, no ha sido ésa mi intención. jetivos, pero deja a la libertad de los hombres los
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