Page 53 - Padres de la Patria
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Esta es la patria que estamos erigiendo amados conciudadanos. Puestos aquí,
como por acaso, desde distintos ángulos de la tierra, unidos por localidad, pero
separados inmensamente por la norme distancia de origen y condiciones,
divididos en las cuatro grandes clases de dueños europeos, siervos africanos,
consiervos indígenas y criollos o antes nulos y parasíticos: éramos un montón
confuso de hombres desconcertados y mutuamente mal vistos, masas informes
é incoherentes en continua repulsión, cuando el curso de los acontecimientos
hizo levantar el grito de libertad y a esta voz, más eficaz que los módulos de
Amfion en la construcción de Tebas, elementos tan heterogéneos vienen a
acomodarse y unirse en un cuerpo de nación. Demasiado sabemos cuanto ha
costo llegar a este venturoso término: cadalsos, presidios peregrinaciones,
batallas, incendios, todo se ha tolerado con invencible perseverancia por tener la
dicha de reconocer una patria. Procuremos ahora que esta patria sea tal que nos
indemnice de tamaños sufrimientos y que presentada al mundo se admire en ella
la obra de la sabiduría y la virtud. Estamos en el siglo de las luces,
especialmente en política, llenos de ejemplos y documentos insignes que se han
sucedido en nuestros días con una rapidez asombrosa, discutidos, analizados,
vistos bajo mil semblantes los principios que influyen en el progreso, grandeza y
decadencia de las naciones; animados con la bella perspectiva de que la
extensión y fertilidad de nuestro país, su distancia de otros donde pudieran hallar
contradicción nuestros intereses y la confraternidad con las regiones limítrofes
nos preserven de las inquietudes que turban tan frecuentemente la tranquilidad
de los estados: y casi nada más falta que la continuación del buen uso de
posición tan envidiable, en que a la prudencia de las instituciones y rectitud de la
administración se junten la observancia de las leyes y el espíritu público en las
acciones privadas; ese espíritu que es la nota sobresaliente y el carácter
distintivo del verdadero patriota. Los filósofos que han señalado el egoísmo
como principio y fin próximo de las operaciones del hombre establecieron una
verdad, si se distinguen uno apocado y rastrero, que se satisface de provechos
momentáneos, que prefiere ventajas parciales y no mira a los demás: y otro
grande y generoso, que extiende su vista a la plenitud de los tiempos, que
abraza la totalidad de respectos, que rechaza lo que choca con la ajena felicidad
y considera la aprobación de sus semejantes como su mejor recompensa.
Que sean todos egoístas en siéndolo de este modo la patria se contenta con
ellos porque de su gremio saldrán esas almas de temple superior, héroes de
civismo, que apartándose de los senderos metódicos, inconducentes a la
salvación del Estado en las circunstancias difíciles, lo aventuren todo por ella: y
otras, que, no siendo tan elevadas o no teniendo ocasión de desplegar su
actividad, concurran a la prosperidad común con pequeños pero constantes y
multiplicados actos, como las gotas de una blanda lluvia convertidas en raudos y
caudalosos ríos derraman por todas partes la fertilidad y la abundancia.
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