Page 113 - Padres de la Patria
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MANIFIESTO PRESENTANDO LAS BASES
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DE LA CONSTITUCIÓN
EL CONGRESO CONSTITUYENTE
A los pueblos de la República Peruana:
Al presentar las Bases de la Constitución que va a fijar para siempre la suerte
del Perú, el Congreso ha querido anticipar a los pueblos el gozo de ver en
perspectiva su futuro destino y de empezar a coger el delicioso y precozmente
sazonado fruto de su independencia.
Grande y peligroso es el tránsito de la esclavitud a la libertad; y el pueblo
peruano puede gloriarse de haber salvado un escollo que ha precipitado a todos
los pueblos de la tierra de los males del despotismo a los horrores de la
anarquía. El suelo del Perú, semejante a su apasible cielo, no ha sido ni será
jamás agitado por tempestades civiles.
Estas bases se han publicado y jurado con entusiasmo verdaderamente
republicano. El Todopoderoso oyó con agrado nuestro juramento y sonrió a
nuestros votos. Mientras en Lima se celebraba con transporte una fiesta cívica,
el cielo quiso que los intrépidos defensores de la patria pusiesen su pie
victorioso en las playas que terminan la sierra infestada aún por los enemigos de
la libertad.
Gloria a Dios y gracias inmortales a Dios que protege nuestra causa. Y honor
eterno a nuestros hermanos que en medio de los peligros y grandes privaciones,
llevando fuerza en su brazo, valor en su alma y en el corazón amor a la patria y
odio a los tiranos, llevan consigo todos los elementos de la victoria.
Pueblos del Perú. Las bases que os presentamos son los principios eternos de
la justicia natural y civil. Sobre ellas se levantará un edificio majestuoso que
resista a las sediciones populares, al torrente desbordado de las pasiones y a los
embates del poder; sobre ellas se formará una Constitución que proteja la
libertad, la seguridad, la propiedad y la igualdad civil; una Constitución, en fin,
acomodada a la suavidad de nuestro clima, a la dulzura de nuestras costumbres
y que nos recuerde esa humanidad genial de la legislación de los Incas, nuestros
mayores.
Pasaron los siglos de barbarie en que era un crimen amar y buscar la luz, y en
que la verdad gemía cautiva en el seno de los buenos patriotas. La política
desembarazada ya de sus nubes hará consistir la felicidad pública en el libre
goce de los derechos de los pueblos y de los hombres, y ensanchando los
canales de la ilustración, de la población y del comercio, nos presentará como
una nación coronada de la soberanía popular, grande y poderosa, amiga de
todas las naciones, asilo de todos los desgraciados del mundo y patria de todos
los que quieran ser libres. La religión santa y pura como el resplandor que
circunda a la Divinidad no será ya profanada con el infame ministerio de la
54 Obín, Manuel Jesús, Aranda, Ricardo, Anales Parlamentarios del Perú, págs. 209-210,
Imprenta del Estado, Lima, 1895.
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