Page 17 - Manual de Técnicas Legislativas
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INTRODUCCIÓN





              Con el Manual de  Técnica Legislativa  tenemos una relación muy
              personal que inicia el año 2008, cuando propusimos incorporarlo como
              herramienta idónea para aprobar,  como diría Karpen,  leyes buenas y
              efectivas. Desde entonces, nos encontramos  siempre en el momento
              y lugar preciso. Me esperó en la Dirección General Parlamentaria para
              sustentar la extensión de su partida de nacimiento que es el Acuerdo de
              Mesa Directiva 095-2010-2011/MESA-CR, adoptado el 7 de diciembre
              de 2010. Así llegó  a nuestro país la técnica legislativa, cuyos pasos
              iniciales se remontan al siglo XVIII, denominado “siglo de las luces”, y
              se encuentran en las “Lecciones de Prudencia Regulatoria”, escrita por
              Thomasius (1702), y el Espíritu de Las Leyes de Montesquieu (1748).
              Luego de superar sus complicados primeros años de vida institucional,
              el manual enfrentó con suficiencia a la corriente que buscaba banalizar      17
              su utilidad presentándolo  como una guía o elemento  de simple
              cosmetología lingüística. Fue necesario publicar la segunda edición que
              ayudó a diferenciar con facilidad el lenguaje de la ley o lenguaje legal,
              de los ejercicios cotidianos de redacción; para cuyo efecto sugerimos
              adosar al nuevo texto  una compilación  de reglas que provee la Real         Manual de Técnica Legislativa
              Academia Española, utilizadas con mayor frecuencia en la redacción
              de otros documentos parlamentarios.  La espera de esta segunda
              edición ocurrió en la Primera Vicepresidencia,  desde allí logramos su
              aprobación mediante Acuerdo de Mesa Directiva 242-2012-2013/MESA-
              CR, adoptado el 12 de abril de 2013.

              La historia se repite en esta tercera edición, aunque con ciertos matices
              que  hacen  la  diferencia.  El  primero,  de  mayor  significado,  expresa  la
              decisión política, directa e  invalorable  de la presidenta  del Congreso,
              la señora congresista Mirtha Vásquez Chuquilín, sin duda la presidenta
              institucionalista  del bicentenario, quien priorizó la publicación  de esta
              valiosa herramienta —junto a otras que están en proceso de edición—,
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