Page 312 - Vida y Obra de Vizcardo Guzman - Vol-1
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Volumen 1
Miranda, Viscardo y la difusión de la «Carta»
hirnos con ella!— V. no dexe de entregar mi libro; y por lo demas conducirse
con mucha prudencia hasta ver si se tiene aqui lo poquisimo que se pide.
a Dios
M
Archivo del General Miranda. Negociaciones 1800-1804. AM., T. XVI, La Habana, 1950, pp. 67-68.
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PEDRO JOSÉ CARO AL MINISTRO DE ESTADO, MARIANO LUIS DE URQUIJO, SOBRE
«MANEJOS» DE MIRANDA Y LOS ESCRITOS DE VISCARDO
Hamburgo, 31 mayo 1800.
Excelentísimo señor.
Señor: Ruego a V.E. tenga a bien presentar al rey nuestro señor el me-
morial aquí adjunto, dando cuenta a S.M. de la declaración siguiente, en que
los documentos que la acompañan y el orden de la exposición hacen fee [...].
Al tiempo de la declaratoria de la actual guerra entre nuestra corte e
Inglaterra, me hallava yo en París, incierto de destino: allí me encontré por
casualidad con don Antonio Nariño (alias Palacio), hombre bien conocido
en el govierno. La indigestión de especies análogas a la doctrina de nuestros
días, que ya perturbaban mi juicio desde mucho antes, y la reunión con aquél
individuo, produgeron su efecto.
Nos acordamos: él partió a embarcarse en Burdeos, dirigiéndose a la
isla de San Bartolomé, para desde allí pasar a la costa firme hasta Santa Fee, a
preparar la maniobra; y yo me encaminé a Londres, a continuar la pretención
de interesar aquella corte en la insurrección de nuestras Américas [...].
A la época del levantamiento de la armada naval, quando pasó la se-
gunda vez el Lord Malmesburi a Francia a tratar de paz, quité yo también de
Londres, porque, si benía a efectuarse una paz general, no era la hora de conti-
nuar en nuestro intento. Después he conocido yo un poco mejor a los ingleses.
Yo me retiré a París, y en esta segunda vez fue que conocí a don Fran-
cisco de Miranda (alias general Miranda), que a nuestra primera vista con-
frontamos, y la conformidad de ideas nos hizo amigos.
En esto arriva el suceso llamado 18 Fructidor: el congreso de Lila se
disuelve; Miranda está proscrito; él me da cartas para sus amigos respetables
de Londres, y yo parto otra ves [...].
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