Page 273 - Vida y Obra de Vizcardo Guzman - Vol-1
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
Vida y obra de Juan Pablo Viscardo y Guzmán
de los ministros de aquella Audiencia solamente pocas personas se hubieron
salvado.
Tocari después de este éxito tomó el nombre de Francisco I el potente
y había puesto el asedio hace poco tiempo a Chuquisaca, donde los españoles
se habían fortificado.
He aquí, mi querido amigo, todas las noticias que me han llegado de
buenos canales, he aquí el estado actual de las cosas en aquella parte del mun-
do; y aunque parece que Tucumán, Paraguay, Quito y Chile no figuran en este
cuadro no crea Ud. que estas provincias están tranquilas; ellas han suspendi-
do su indignación contra la opresión que sufrían y esperan el resultado de su
suerte en lo que va a pasar en el Perú. Recuerdo que Quito se sublevó y obligó
al gobierno a quitar la empresa a destajo de acuátil puesta en el 64; que Chile
en el 77 por el acuerdo común de las distintas clases de sus habitantes se re-
husó abiertamente a aceptar esas mismas imposiciones que han determinado
la rebelión del Perú; que en esa misma circunstancia Paraguay y Tucumán
han dado señales manifiestas de sus disposiciones, pues inclusive en la capital
del nuevo Virreynato de Buenos Aires se hizo ir de paseo sobre un burro a la
estatua del intendente de las aduanas e hicieron falta doscientos soldados para
garantizar su persona de los insultos del pueblo enfurecido. Recuerde en fin
que en todo el vasto imperio del Perú no habían más soldados que los de la
guarnición del Callao (distribuidos mitad en Lima y mitad en el Callao y que
con todo no llegaban a 1000 hombres) y los de Tarma, donde una guarnición
de 300 hombres para vigilar los movimientos del indio el Chuncho, de quien
antes hablé, y que la mayoría de estas tropas está formada por criollos españoles.
¿Y qué darán estos tumultos? He aquí la respuesta en dos palabras:
Túpac Amaru, además de su especioso título de sucesor de los Incas, reúne en
su persona otras buenas cualidades: él se conduce como soberano y sus vic-
torias han sido marcadas por humanidad y dulzura; él ha recomendado a sus
soldados que no hagan la mínima vejación a los pueblos sometidos, mientras
que el bárbaro Tocari fue abandonado sin duda por sus partidarios.
Ya no puedo así satisfacer la pregunta que Ud. hace:
¿Qué han hecho los ingleses en una circunstancia tan favorable para
ellos? Ud. se imagina que los dos oficiales ingleses que acabo de recordar sean
una marca segura de la vigilancia inglesa sobre un acontecimiento tan inte-
resante. Yo contesto que no sé nada, pero que enterado por personas capaces
estoy convencido de que, si los ingleses empleasen una pequeña parte de las
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