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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             Vida y obra de Toribio Rodríguez de Mendoza
            ¿Que trastornos y atrasos pueden sufrir los Estudios, ó que inconvenientes
            hay que temer?
                    El vigor de las Constituciones de la Escuela en orden á seguir y ense-
            ñar la filosofía Aristotélica se ha reducido á una pequeña cosa, y es á exponer
            un capitulo de Aristóteles al recibir los grados de Bachilleres (¿y como? en el
            acto mismo de haber antes defendido una conclusión opuesta á su sistema),
            y quando se lee de Oposicion á las Cátedras de Artes; mas sin que todo esto
            tenga influxo para la enseñanza de la Filosofía Escolástica. Ya se ha dicho, que
            el Carolino Catedrático de Artes no explica otra Filosofía en las Aulas de la
            Universidad, que la que se estudia en su Colegio. No lo sé de positivo, pero es
            una conjetura poco aventurada, asegurar que el R.P. M. Fr. Bernardo Rueda,
            ya como Regente, ya como Catedrático no ha explicado en los días de curso
            otra Filosofía, que la Cartesiana, que es la que ha adoptado su Colegio y Uni-
            versidad Pontificia. De suerte que los Catedráticos enseñan la Filosofía que
            ellos mismos adoptan, ó la que han abrazado los Colegios, ó Comunidades de
            que son individuos.
                    Luego ya no hay mas razón que contradiga, ni otra barrera que vencer,
            ó salvar, que este natural apego á los usos inveterados; pero esta afección tiene
            objetos que la conserven. No se pretende, que todas las Cátedras de Artes se
            provean de este modo, sino la que es concedida por el Soberano al Real Con-
            victorio; despues de esta aun quedan dos que se pueden mantener en el pie
            antiguo. Para con los Maestros y Doctores no hay las mismas razones que para
            con los Colegiales de San Carlos. Estos son jóvenes que no estudian filosofía
            Peripatética, y que, residiendo poco tiempo en el Colegio, no pueden exten-
            der sus conocimientos hasta hacerse consumados sabios, y conocedores de
            las diferentes Sectas, y correr libremente por todas ellas. Al contrario las otras
            dos restantes son para hombres ya formados, y que hayan tenido tiempo para
            entregarse al estudio y obras de Aristóteles.
                    Pero se  dirá acaso, que abierta esta puerta con respecto á la Cátedra
            del Colegio, tendrán la misma suerte las que quedan. Este efugio indica, que
            ya no hay adonde acogerse. La conseqüencia no es forzosa: porque no hay un
            cuerpo interesado que pida esta reforma, como lo es el Convictorio. Los parti-
            culares se conformarán con la costumbre establecida; y si esta se varia, ya será
            por un común consentimiento, lo que al fin se verificará tarde ó temprano, y
            qualquiera que sea el éxito de esta solicitud: pero no seremos nosotros los que
            tengamos el dolor, ó el gozo de verla.



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