Page 318 - Vida y Obra de Toribio Rodriguez de Mendoza - Vol-1
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Volumen 1
Visita del Real Convictorio de San Carlos en 1815
que ellas requieren, y para que el superior pueda exitarlos y sugetarlos al cum-
plimiento de sus obligaciones, es absolutamente preciso que tengan su ima-
ginación libre de los cuidados y atenciones que lleva consigo la necesidad de
vivir, y que se les proporcione todo lo necesario, de otro modo nunca faltarán
motivos, ni pretexto de distracción interrumpiéndose a cada paso el orden de
las distribuciones, perturbándose el recogimiento y haciéndose inevitable la
comunicación y trato con los desnanderos y gente de la calle, que son la polilla
de estas casas.
El abatimiento o casi nulidad de fondos en que según se ve se halla el
colegio, ofrecerá desde luego dificultades muy graves; pero no podrán ser in-
superables, interponiéndose la superior Autoridad de Vuestra Exelencia, tan
penetrado de la necesidad de Reformas, como dispuesto a promoverla para
todos los medios posibles .
Conforme a lo que llevo expuesto, y haya necesidad que apunta el Se-
ñor visitador, deve comenzarse en mi concepto por la reparación del edificio,
havilitándose sus oficinas y aposentos, consultando en todas, la propiedad y el
aseo; y en estos en quanto fuese posible la separación. En algunos seminarios
de España he visto, que no se permitía vivir dos colegiales juntos, aun, quando
fuesen hermanos, y quando no pueda adoptarse esto, deve adoptarse el me-
dio de reunir o interpelar a los jóvenes, y modernos, con algunos antiguos y
experimentados, y de juicio que habitualmente estén a la mira de su parte y
manejo.
Una vez arreglado el edificio, y expedita las entradas, y renta annual,
deverá fijarse el número de Maestros y Alumnos y sirvientes, a lo que pueda
llevar con regular comodidad, y también las calidades y circunstancias con
que deven ser admitidos.
Las constituciones expresan ya y requieren la legitimidad, limpieza de
sangre, buenas costumbres y aprobaciones de Gramática, tal vez convendrá
añadir la de la edad, excluyéndo a los que exediesen de catorce o quince años;
porque es preciso confesar que es muy importante que aquella profesión o
género de vida en que empiezan los hombres a perfeccionarse y hacerse útiles
se emprenda temprano, así por que de uno u otro modo no es fácil progresar
mucho en ella, como porque para la carrera civil o eclesiástica que son el ob-
jeto de este colegio, importan de sobre manera las costumbres, y aquella es la
edad mas proporcionada para poder formarlos y dirigirlos mejor.
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