Page 551 - La Rebelión de Huánuco. Vol 5
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             La Rebelión de Huánuco de 1812
            fidelidad, la generosidad, el pundonor, la brillantez del glorioso valor y del
            inmortal nombre español? Aprendamos pues estos realzados y sobresalientes
            documentos de nuestros sublimes padres y hermanos los invictos españoles,
            y no formemos vanos y bajos conceptos en nuestro modo de obrar para per-
            petuar nuestra privada utilidad, nuestra felicidad, nuestra fidelidad y lástima
            al Soberano, y finalmente para afianzar nuestra privada y pública seguridad;
            no pongamos reparos, argumentos y dificultades infundadas de poco aire y
            de pura insensibilidad; procuremos salvar con arrogancia y honor nuestros
            bienes, nuestras posesiones, nuestras vidas y a nosotros mismos. Somos es-
            pañoles y esto bastará para destruir y vencer obstáculos, conservar la patria
            y velar por la seguridad de los dominios del Monarca que es la vida que debe
            animar nuestro honor y nuestra gloria. ¡Ah! Si en la efusión de mi lealtad y de
            mi amor me fuera posible derramar mi sangre y sacrificar mi vida en un pú-
            blico patíbulo por salvarlo del cautiverio y restituirlo a su trono, sería uno de
            los más felices macabeos, a quien la sabia providencia premiaba superabunda-
            mente sus dichosos dias con los mayores excesos de su divina liberalidad. Esto
            lo ha proclamado siempre en el púlpito sagrado a toda su feligresía este pastor
            que ha derramado lagrimas incesantes, y que moriría contento por su Rey
            y Señor de su vida y de sus entrañas. Despense U. Señoría este indeliberado
            transporte de mi amor, y volvamos al proyecto.
                    ¿Acaso serian tributarios los curas porque hemos socorrido catorce
            años el erario, sufragando para el real subsidio? ¿Todo el gremio eclesiástico
            no ha merecido en todas las provincias de la América este honor en tanto
            tiempo? ¿En todas partes no han contribuido frecuentes donativos para auxi-
            lio de la corona, sin que jamás sea reputado ningún individuo con la grosera
            tacha de tributario?
                    Tampoco aquí la sufririamos si se cumpliese con la defensiva contri-
            bución, no presentándose otro arbitrio para la total seguridad y conservación
            de los dominios del Monarca, siendo esta ciudad la garganta de las inmedia-
            tas provincias, según los planes topográficos de estos circunvecinos lugares.
            ¿Quién usando de atentas y reflexivas consideraciones, podrá dudar que la
            completa victoria debida a su valor, que reportó U. Señoría en la presente ex-
            pedición ha constituido la seguridad que ha salvado del contagio a casi toda la
            América y Bajo Perú, según el fermento que se traslucía, y se ha contemplado
            por el estado de las cosas? Luego, si de aquí depende la sugeción y el respeto,
            de aqui también depende la seguridad de las provincias. Luego, el conservarse



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