Page 403 - La Rebelión de Huánuco. Vol 5
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             La rebelión de Túpac Amaru II
            sedición, diciminando por todas partes que los Chapetones querían matar
            a todos los naturales y que tenían armas, no es creible que él no pensase en
            una cosa tan conducente para su propósito qual era transmitir la cedución,
            los Pueblos vecinos, y que reusase el medio de la carta.
                    El tercer cargo es el haverse hecho Commandante de una partida
            de Yndios. Ya el tiene confesado que Berrospi fue el que lo induxo a que
            fuese con doce, ó trece hombres al Tingo, que haviendo pasado á la banda
            habló con los Yndios, los que le dixeron que él havía de ser su Comman-
            dante y que haviéndole pedido á Berrospi pólbora, y encargándole que
            fuese por ella nolo verificó: Por último que los Yndios no le obedesían.
            Lo que hay de formal es, que Joseph Rodrigues, sólo irónicamente puede
            decirse Commandante pues sólo conduxo doce, ó trece hombres al Tingo,
            y aun estos no le tenían subordinación.
                    Las numerosísimas deposiciones con que el Señor Yntendente, ca-
            racterisa por Reo de la insubrrección á Joseph Rodrigues, sino todas, en
            mayor parte son de oídas ó no dan razón de como saben, que el citado
            Joseph los hubiese commandado ni remitido convocatoria, ni fixado pas-
            quines. Vuestra Alteza sabe bien que si en las materias civiles se necesitan
            testigos de siencia y que den razón de sus dichos, mucho mas en un juicio
            criminal tan grave como el presente. Así mismo save que las declaraciones
            de los otros correos, en nada son perjudiciales, ya porque son hombres
            indignos de fe por su mismo delito, ya también por que cren que augmen-
            tando muchos cómpises, será menos su pena, ó por una iniqua complasen-
            cia de tener otros que le acompañen en el padeser; por que es verdadero el
            proloquio de mal de muchos es consuelo de tontos.
                    Contribuye también en tan grande manera á la minoracion de
            pena, que la suberción no dirigía directamente, a negar la obediencia y
            subordinación al Rey sino sólo a defenderse de los chapetones que se les
            havía hecho creer, querían acabar con los Naturales, y quitarles sus tierras.
            Así que este movimiento no fue en su proprio y rigoroso sentido, sino so-
            lamente ofensibo de unos particulares contra otros y eso por la aparente
            razón con que los movieron y así dixe Rodrigues en el careo con Castillo,
            Palomino, el Limeño, y otros que si se les huviera explicado y dado á en-
            tender lo substancial de esto, y la gravedad del delito en que incurrían,
            todo se hubiera aplacado.





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