Page 405 - La Rebelión de Huánuco. Vol 5
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
La rebelión de Túpac Amaru II
muger, y tres hijos, que presisamente quedarían reducidos a una lamentable
orfandad si se quitase del medio: En atención á todo lo dicho:
A Vuestra Alteza pido y suplico, se sirva resolver y mandar como
tengo pedido que así es de Justicia que pido, etc. Don José de Jayo (Rubrica-
do). Por enfermedad del Procurador Berrocal (Rubricado).
(En blanco).
(Al margen superior izquierdo):
Señor Doctor Don Bartolomé Ruíz.
Muy Señor Mio: Con motivo de estarse tratando en el Real Acuerdo
de Justicia, en virtud de la súplica que tengo interpuesta de la sentencia de
pena ordinaria que se le ha impuesto a mi amado Padre Don Juan José Cres-
po del Castillo por jusgarsele incurso en la sublebación que meditaron los
Yndios de la Provincia de los Panatahuas, y los de la Ciudad de Huánuco que
hacía éste de Caudillo entre estos insurgentes, he presentado un escrito pi-
diendo en él se me reciba una información de testigos, ya que se omitió este
paso en la referida Ciudad de Huánuco para acreditar que el citado mi Padre
fue proclamado General en dicha Sublevación contra su natural Constitu-
ción y repugnancia para evitar el peligro de vida a que quedava expuesto si
se resistía a su admición según tengo entendido por las instrucciones parti-
culares que sean dirigido de la enunciada Ciudad, cuyo hecho succedió en la
Plaza pública de ella [testado] a vista y paciencia de todo el vecindario mu-
cho después que depucieron los mismos Yndios de dicho empleo al anterior
General Don Domingo Berrospi.
Del mismo modo estará Vuestra Merced cierto que el citado mi Pa-
dre jamás tubo intenciones sediciosas, ni que se mescló en las Juntas que
hacían algunos para tratar de la indicada sublebación ni que su nombre sonó
hasta aquel acto en que la perfidia de esos rebeldes seducidos por sus autores
Frai Mariano Aspiasu, y Frai Marcos Martel lo conduxeron a dicha plasa
para autorisar éstos sus deprabadas maquinaciones, como verdaderamente
conocían que éste havía de acceder a todos los desprósitos, que se le ynsi-
nuasen tanto por la fuersa que se le preparaba, como igualmente porque
sabían que después de ser de abansada edad de más de setenta y sinco años,
padecía del celebro, como Vuestra Merced lo sabrá muy bien desde aquel
accidente fuerte que tubo de cuyas resultas ha quedado fatuo.
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