Page 513 - La Rebelión de Huánuco. Vol 1
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             La rebelión de Huánuco de 1812
            el objeto de las benganzas y el blanco de las iras, asi lo experimento en esta
            epoca con Zevallos quien como agraviado de unas diligencias judiciales que
            aora años practique por comicion de Don José Gonzales que en este tiempo
            fue sobstituto de aquel Partido, resulto su Padre Don Juan Zevallos perjuro,
            lo tuve embargado, y estreché el pago de lo que debia; finalmente ahora ocho
            meses que fui Alcalde celé los amancebamientos, drogas, y vicios suyos y de su
            familia, hoy resulta de esto ocacion de benganzas por cuyo tan recomendable
            motivo es tachado por derecho su deposicion. ¿Que concepto podremos for-
            mar de Pablo Piñan por sus deposiciones?. En la declaración del proceso, y en
            la contestacion de mis interrogatorios expone lo mismo que Ponce y Zevallos,
            cuya union, intima amistad é inceparable compañía le ha obligado a abando-
            nar la berdad y dirijirse por las mismas sendas tan iniguas y perversas para
            no ser havidos en contradiccion, con cuya Alianza y residir tan inmediatos,
            mayormente exerciendo el empleo de Mayordomos de Hazienda el Ponze y
            Piñan se hallan comprometidos a sobstenerse unos a otros sus dichos y ocul-
            tarse sus echos. Que no expondra contra mi por adular u lisonjear a su Patron
            Don Alfonso Mejorada con quien tiene tan estrecha amistad y compañia ce-
            lebrada Don José Castillo mi capital é Irreconciliable enemigo? Desde luego
            que si no le acompañara la brutalidad, torpesa é ignorancia, y supiera lo que
            es y contiene la religion del juramento, no contrabendria a la berdad con tan-
            to escandalo, ni menos se opondria unido con mis dos acerrimos enemigos
            Ponze y Zevallos a tantas falsas declaraciones, que abandonan mi berdad y la
            santidad de mi proseder. A su atestacion pueden oponerse las de Don Lorenzo
            Dominguez, Don Bacilio Miraval y José Requena, quien no ha declarado por
            hallarse en su biaje de la Montaña, Silbestre Bargas, José Gomez y Mariano
            Truxillo, a los primeros ya determinados a venir a Huanuco los contuve en
            la Montaña con las mas vivas persuaciones haciendoles ver el riesgo que les
            amenasava la ferosidad de los Yndios, y a los segundos del mismo modo los
            hice regresar diciendoles no combenia fuesen por que ya los Yndios se havian
            venido a Huanuco, Comparence estas declaraciones de seis hombres de bien
            conocidos por tales y de honrado proseder, con las de mis ribales pillados en
            perjuro, limitados y abandonados a vicios, y que no han procurado en sus de-
            claraciones más que bengarse de mi y desbarancarme del modo más infame.
            Más si se ha de oir al hombre de bien para rebatir al malo, oigase a Don José
            Gonzales y a Juan Manuel Arostegui.





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