Page 210 - La Rebelión de Huánuco. Vol 1
P. 210

Volumen  1
                            Relación verídica y auténtica de la revolución que estalló en la ciudad de León de Huánuco
            principales, y quienes en mi juicio fueron el primer origen de esta revolución.
            Ya salió una Partida de cincuenta hombres a prender diez u doce que se halla-
            ban en un extremo de Huamalíes, no dudo los traigan, y en llegando se sabran
            las cosas en su principio.
                    Yo creo lo que he dicho anteriormente a Vuestra Señoría Ilustrísima:
            Que de todo Huánuco no hay cuatro que no estén manchados, y el tiempo
            remostrará esta verdad, todos se denuncian mutuamente y aunque la revolu-
            ción en principio fué obra de pocos, fueron muchos los que la auxiliaron en
            su progreso, y más los que creyeron que todo el Reino seguiría el ejemplo de
            Huánuco, y que por consiguiente ya podían llamarse independientes.
                    Como no conservo borradores no puedo tener presente el pormenor
            de lo que he escrito a Vuestra Señoría Ilustrísima en este asunto, pero creo
            haber dicho que ya Huamalíes estaba movido y la Provincia de Tarma; hoy
            adelanto más, y que si el Ejército no llega tan pronto, Cajatambo, Conchucos
            y aun Huayllas se hubieran puesto en insurrección: Huamalíes se declaró, y si
            algunos Pueblos se mantuvieren fieles y resistieron a los aliados, fué obra del
            Doctor Don Juan Raymundez Cura de Pachas; de Huánuco salieron doscien-
            tos cincuenta hombres con dos cañones a sosegar aquella Provincia, pero a su
            llegada con la noticia de los indios en Ambo y entrada de las Tropas en Huá-
            nuco, y no ha tenido que hacer más el Comandante que prender las cabezas
            para remitirlos a Huánuco. Aún no han llegado, pero llegarán pronto.
                    Las Doctrinas de Huácar y Cayna estuvieron en declarado alzamiento,
            y entre los papeles que se hallaron al alzado General Castillo se encuentran
            cartas de las Doctrinas de Chacayán, Tapo, Yanahuanca, Pallanchacra, y de
            tres Pueblos incluso el Capital de la mía; estos eran los socorros que espera-
            ban los huanuqueños cuando dijeron en Oficio al Intendente que contaban
            con quincemil hombres. Con más hubieran contado si el Intendente tarde en
            llegar tres días; he hablado con varios de los que firmaron el Oficio para el In-
            tendente y todos se descargan con la fuerza que se les hizo, y arguyéndoles no
            pudo habérseles hecho para firmar una mentira, con otras razones responden
            que firmaron maquinalmente, así me lo ha dicho el Cura y otros; lo cierto es
            que no puedo creer tantas máquinas en Huánuco, ni como el Cura Moreno
            que mandó a Don Antonio de Ruiz a Huácar para que sirviese de Cura estan-
            do el Teniente Don Valentín Tello en la Doctrina, no hizo la misma diligencia
            en Santa María del Valle, que necesita cuatro ínteres, y apenas tenía uno, y
            este sin poder atender a la menor parte de ella. Dicho Ruiz predicó en Huácar



                                               209
   205   206   207   208   209   210   211   212   213   214   215