Page 488 - Vida y Obra de José Baquijano y Carrillo - Vol-1
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Volumen  1
                                            Dictamen de José Baquíjano sobre la revolución hispanoamericana
            fidelidad en sus primeros destinos, no había sido éste embarazo para que lo
            repitiesen en sus promociones, ascensos y demás ocasiones en que se había
            exigido esa recomendable solemnidad.
                    Todo esto causaba una sospechosa lentitud en circunstancias tan im-
            previstas y extraordinarias: el día 15 de julio se sabía en México, según aparece
            de su Gaceta la abdicación del señor don Carlos IV, se habían recibido con
            fecha 19 de marzo las órdenes de las secretarías de Estado, Guerra y Gracia
            y Justicia; y con la de 10 de abril de la de Hacienda, mandándose en ésta se
            proclamara al señor don Fernando VII. El virrey las pasó al acuerdo consul-
            tando si se procedería a la jura del soberano, y la contestación fue que debía
            esperarse la real orden del consejo; la ciudad instó esforzadamente a que se
            practicase con la mayor presteza y solemnidad tan deseado reconocimiento, y
            por sus continuadas diligencias y reclamos logró que por resolución de la jun-
            ta formada a este efecto se verificase el 13 de agosto, inundándose la secretaría
            de oficios de los cabildos, ayuntamientos, religiones, parcialidades de indios, y
            toda clase de particulares que a porfía se apresuraban a ofrecer sus personas y
            haberes en servicio y defensa del reconocido soberano y de estos sus dominios
            consternados. 3
                    Las noticias que diariamente se recibían aumentaban la incertidumbre
            y ansiedad de aquellos vasallos, y excitaron al ayuntamiento a solicitar del
            virrey la formación de una junta general para tratar de lo más conveniente al
            reino; porque, aunque se sabía haberse erigido en todas las provincias de la
            península, y la de Sevilla con el título de Suprema de España e Indias; pero al
            mismo tiempo tenía aquel virrey carta de los comisionados de Asturias remitida
            por la Jamaica avisándole estar en Londres a tratar de paces con los ingleses de
            quienes habían tenido buena acogida y cuyo aviso le daban para que en aquellos
            dominios no hubiese alguna sorpresa, pues España estaba en anarquía.
                    También se había asegurado la persona del general D’Avilmart emi-
            sario francés introducido por las provincias angloamericanas a lo interior de
            la de Tejas, conduciendo todos los papeles relativos a lo sucedido en Bayona
            sobre reconocimiento a Napoleón y criminal exceso de jurarle obediencia y
            sumisión en nombre de los españoles de todo el globo; pues se incluían en
            esa expresión a los vasallos de América a quienes ni representaban, ni podían
            representar los que así se explicaban en nombre de los indianos; cuando éstos
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            3. Defensa del virrey Iturrigaray



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