Page 340 - Vida y Obra de José Baquijano y Carrillo - Vol-1
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Volumen  1
                                                                Lección sobre la ley 39 de Pánfilo
            puede ser fruto del estudio arreglado, de esa constante aplicación, que siempre
            ha sido la pasión favorita, que distingue y caracteriza al Dr. Baquíjano.
                    La segunda es un Manifiesto Académico de los servicios que ha hecho
            al Público, y a la Escuela: en su género es una Pieza completa, perfecta, traba-
            jada con gusto, con delicadeza y arte. Conciba con admirable destreza la mo-
            deración, y el interés de la gloria: ni entra en una menuda y enfadosa relación
            de sus actuaciones, ni omite nada substancial, que disminuya el concepto de
            sus méritos. Todo lo alega, y sin hacer los contrastes odiosos que condena la
            modestia, expone y esfuerza su derecho con decoro.
                    Por estos justos motivos, y porque en nada se violan ni las máximas de
            la Religión, ni las leyes del Estado, y Regalías del Monarca, así en las dos enun-
            ciadas Obras, como en las diferentes Notas que se sobreañaden, me parece que
            no hay embarazo para que V.E. se digne conceder la Licencia que se solicita
            para su Impresión. Así lo siento. Lima, y Mayo 30 de 1788.
                                  Dr. Don Joseph de Irigoyen.
                    Lima, y junio 2 de 1788.
                    Se concede licencia para que se imprima la PreLección, y Alegato di-
            chos por el Dr. Don Joseph Baquíjano en esta Real Universidad, rubricándose
            antes cada hoja, y debiéndose cotejar con el Original los Ejemplares impresos,
            antes que se publiquen. Una Rúbrica. Varea.


                    Apenas, como creo, he determinado alcanzar este estrado; apenas me
            coloco para hablaros en él, cuando ante mis pies se presentan vuestros juicios
            sobre mí sin coherencia. Como la vehemencia de la caridad es impaciente, se
            precipita del corazón a la mente, en la que, afectándola, la dota de bondad, y la
            que, por el contrario, corroe el pecho, la emulación, pervierte el ingenio. Así la
            opinión es dividida en contrarios a causa del amor y el odio humanos.
                    Por tanto, la única influencia en mí es la de aquellos hombres dispues-
            tos a la cortesía por naturaleza, que gustan de conservar bien los derechos
            para la amistad o, reflexionando, para la religión. Estos, en efecto, estiman que
            la interpretación a la que me dirijo de SCEVOLA lib. 20. del Digesto ley. Pam-
            philo. 39. lib. 32. de las Pandectas tit. único de legados y fideicomisos 3 que
            puliré con fina agudeza, con la rica doctrina del derecho, con erudición varia-
            da y demás ornamentos literarios, será exuberante y aguardan con las orejas
            preparadas. Hay quienes, por cierto mis enemigos, procuran con envidia la
            libertad de acusar, enemigos de la humanidad a la que no temen herir con su



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