Page 303 - Vida y Obra de José Baquijano y Carrillo - Vol-1
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
Vida y obra de José Baquíjano y Carrillo
materias que son de justicia contenciosa y, a este efecto, le es suficiente a los
letrados el juramento que hicieron en su recepción en la abogacía por ser ésta
una parte principal de su misma profesión. El exigir esta formalidad de los
ministros es todavía pensamiento más original pues, aun cuando no fueren
consultores natos de vuestra excelencia, por las leyes les bastaría el juramento
que tienen prestado en el ingreso de sus plazas, para no obligarles a que lo
repitiesen en cada nombramiento de Asesor contra la práctica observada in-
concusamente, sin que se pueda producir un solo ejemplar en contrario.
Desvanecidos los fundamentos en que se pretendió apoyar en el re-
curso la nulidad de las providencias expedidas por vuestra excelencia con mi
dictamen, resta, ahora, que me haga cargo de varias cláusulas desacatadas que
contiene el oficio siendo entre ellas la que toco la última línea de la libertad la
que dice «la seguridad con que se creía por mano del señor don José Rezábal,
continuar el mismo seguido sistema (de opresión y violencia) que se había co-
menzado y de que son buen testimonio las providencias expedidas en varios
asuntos que me pertenecen ya citados en estos días últimos han merecido la
revocación de la real Audiencia influyeron sin duda en su elección». Dejando
aparte que la oración está algo defectuosa y no hace sentido gramatical, se
percibe que contiene dos proposiciones enteramente falsas. La primera, cuya
osadía es visible, es suponer que se me había elegido por la seguridad que se
tenía de que continuase el mismo sistema de opresión y violencia. Vuestra
excelencia mismo es quien puede informar al soberano los motivos que ha
tenido para nombrarme en este y otros graves asuntos que le han ocurrido
durante su feliz gobierno, y para remitirme varias causas que han promovi-
do los acreedores que se presentaron contra don Antonio Ugarte en los días
próximos a su embarque, y ruego a vuestra excelencia que así lo ejecute, a fin
de que se tranquilice mi pundonor y se haga este obsequio a la justicia de un
ministro que experimenta estos agravios por haber llenado las obligaciones
anexas a su ministerio con la primera rectitud e imparcialidad que son cons-
tantes a vuestra excelencia.
Yo fui quien, teniendo a la vista la causa principal de adhesión al Re-
belde y las demás que se agregaron, tomé a los Ugartes las más prolijas confe-
siones por comisión de vuestra excelencia y practiqué otras varias diligencias re-
lativas a los mismos voluminosos autos. No recomiendo a vuestra excelencia la
brevedad y exactitud con que desempeñé este encargo, que lo hizo sumamente
laborioso la circunstancia de hallarse mezcladas varias causas y expedientes de
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