Page 308 - Vida y Obra de José Baquijano y Carrillo - Vol-1
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Volumen 1
Intervención de Baquíjano en el juicio que se le sigue a los Ugarte
En ellos sólo se toma la causa de recusación para poder, bajo de este
pretexto, sindicar las providencias de este superior gobierno suponiéndolas
injustas e ilegales por decir son libradas con dictamen de unos ministros que,
haciendo de Asesores en ellas, sólo llevan por objeto la opresión de los Ugartes.
Ignoro cuál sea ésta, y sólo sé que, la suavidad y conmiseración con que se les ha
tratado, es la causa de que haya llegado a tal extremo su osadía y atrevimiento.
El hecho de haber aguardado para remitirme este segundo escrito el
tiempo mismo en que se hacía a la vela el buque que le conducía para el puer-
to de Cádiz, manifiesta evidentemente el espíritu de odio y rencor con que se
hallaba Ugarte y la atrevida y sangrienta pluma de su director, el doctor Baquí-
jano, según expresa el alcalde de Corte don José Rezábal y a la verdad, de qué
le serviría ya la recusación de estos ministros y pedir que se le presentasen las
reales determinaciones mediante las cuales se le enviaba a esos reinos. ¿No era
más fácil, acercándose al trono, exponer sus quejas y esperar de la clemencia
del Soberano el resarcimiento de los daños y perjuicios que dice se le han irro-
gado, sin renovar instancias infructuosas en este gobierno sobre unos puntos
tan repetidamente denegados?
Qué mayor prueba puede producirse para hacer evidente el torcido
espíritu de Ugarte y que sus recursos no han llevado otro objeto que el de
criticar las providencias de este gobierno, injuriando al mismo tiempo con la
mayor audacia a los ministros que han hecho de Asesores en ellos. Mas, como
quiera que este individuo se halla ya con toda su familia en ese reino y vuestra
excelencia tiene los anteriores documentos, que dan a conocer el irregular
modo con que aquél piensa, me ha parecido conveniente remitirle estos últi-
mos para que, con su sabia penetración, determine aquello que más fuere de
su superior agrado.
Por lo que mira al doctor Baquíjano, dije a vuestra excelencia con fe-
cha de 28 de febrero anterior y bajo el n° 563, la oferta que me había hecho
de contener su pluma, entregándome al mismo tiempo aquellos tales cuales
libros prohibidos que dijo ser los únicos que tenía en su poder. Mas sin em-
bargo de esto, él se halla poseído de todas aquellas perjudiciales máximas que
en ellos ha estudiado y el alcalde de corte, don José Rezábal, afirma es el autor
de estos libelos. Esto no puede ya justificarse por haberse ido don Antonio de
Ugarte, que era el único a quién se podía apremiar para descubrir la persona que
ciertamente las formó; y, las demás pruebas que en esta materia podrían prac-
ticarse, las he omitido por considerar el poco o ningún efecto que producirían,
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