Page 268 - Vida y Obra de José Baquijano y Carrillo - Vol-1
P. 268

Volumen  1
                                      Recurso de Baquíjano sobre la nulidad de la designación del doctor Villalta
            ausencia del ilustrísimo señor arzobispo en la Visita general de su diócesis.
            Tenía por consiguiente más alta representación entre los clérigos, doctores y
            maestros y todo aquel influjo por el cual en claustro pleno que se halla en los
            libros de esta real Universidad, está resuelto que ningún provisor pueda ser
            elegido por rector durante el tiempo que ejercía semejante ministerio. No se
            quedó en términos de presunción este influjo, ni se contuvo en los límites de
            aquellas oficiosidades que por sí solas eran suficientes para oprimir la libertad
            de los doctores eclesiásticos. Paso a más la inconsideración del empeño y se
            hubiera hecho increíble la verdad del suceso, si no se toca con la experiencia y
            se convence de un modo intergiversable.
                    Es el caso que por medio de su promotor fiscal doctor Juan José Ne-
            grón y del notario don Juan de León, pasó oficios a distintos eclesiásticos es-
            trechándolos para que no fuesen a votar. De este número fueron el doctor
            don Agustín de los Ríos, y don Mariano Rivero padres del Oratorio de san
            Felipe, don Manuel García de Vargas, don Carlos Encilbengoa, don José de
            León y don José M. Bermúdez defensor de legados y obras pías, y familiar del
            ilustrísimo señor arzobispo. Como esta deliberación fue obra del despecho
            no se guardó cautela, y así llegó a mi noticia a las doce del día en que se hizo
            la elección y con este motivo ocurrí al Superior gobierno dando la justa queja
            a que me excitaba semejante exceso, y aunque se proveyó decretos para que
            todos los electos doctores asistiesen al acto, sin tenerse por cerrada la elección
            en otra forma, no se consiguió la concurrencia del doctor don José de León,
            sino sólo la de los demás habiendo sido preciso que saliesen dos bedeles a
            conducir de sus casas a los doctores Bermúdez y Encilbengoa, que desde lue-
            go vinieron poseídos de las impresiones del temor especialmente el segundo
            a quién en presencia de varios sujetos se le intimó un orden vergonzoso de
            dicho provisor concebido en expresiones tan conminatorias y descompasadas,
            que le sobrevino un grave insulto para cuyo auxilio fue llamado de pronto el
            cirujano Francisco Bravo.
                    Comprenda ahora V.A. qué libre arbitrio y voluntad podían tener estos
            doctores y los demás que fueron comprendidos en los apercibimientos hechos
            personalmente por el promotor fiscal, y dígnese también reflexionar sobre el
            exceso de no haberse obedecido el decreto del Superior gobierno dejándose
            excluido al doctor León. Ya se ve que sólo por estos medios la elección fue noto-
            riamente nula y constando en los autos la verdad del hecho por certificación del
            escribano Francisco Luque que intimó el referido supremo decreto es visto, que



                                               267
   263   264   265   266   267   268   269   270   271   272   273