Page 267 - Vida y Obra de José Baquijano y Carrillo - Vol-1
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
Vida y obra de José Baquíjano y Carrillo
medios convenientes a su designio, de disponer de las cartillas de los doctores
enfermos, de modo que asegurase sus sufragios y de preferir para todos los
actos previos y subsecuentes un individuo de su confianza que ejerciese las
funciones de secretario.
Este fue el plan de la obra y no puede trasladarse al papel sin pudor y
sentimiento la exactitud con que fue desempeñada. Tuvo por auxiliar al doc-
tor don Pablo de Laurnaga, prebendado de esta santa Iglesia y rector del cole-
gio Seminario de santo Toribio. Este eclesiástico de acuerdo con el señor don
José Cabeza Enriquez, alcalde de Corte de esta real Audiencia, extendió con
recato misterioso y preventivo la especie del interés que en obsequio del doc-
tor Villalta tenía el ilustrísimo señor arzobispo, y aunque haciendo justicia a su
mérito, muchos dudaron del suceso, no fueron pocos los que se dejaron seducir
por la inverosimilitud de que se tomase en boca tan respetable nombre.
Con este principio de temor y sorpresa no sólo los doctores eclesiásti-
cos sino los que dirigen sus pasos a los destinos de la Iglesia tuvieron coartada
la libertad tan religiosamente prevenida por derecho, que según se explican
los autores es no sólo el miedo reverencial, sino la sospecha o presunción;
aunque actualmente no se infiera el daño, las excluyen y hacen nulas las elec-
ciones para que debe ser suma absoluta y rota, semejante a la que se requiere
para el matrimonio.
Turbados así los ánimos, era muy poco lo que necesitaba para que
muchos de los vocales procurasen ponerse a cubierto y complacer a personas
tan autorizadas. Sin embargo, como la inclinación y concepto de los maestros
y doctores lisonjeaban mis esperanzas, como lo hostil de la oposición ponía
en recelo a mis rivales, como el extraviado destino de la carrera literaria del
doctor don José Miguel contraído a manejar una hacienda, ser arrendatario de
otra y administrador de la de santa Beatriz no haciendo consonancia con mis
aplicaciones, y desempeños literarios persuadía que por cabeza de una escue-
la de sabios había de preferirse un profesor literato; y como en fin a nadie se
ocultaba el origen de tan descompaginado empeño reducido a que el sindicato
sobre la administración de las rentas de la academia no pasase por manos que
no fuesen las de los parciales del exrector, necesitaban doblar los esfuerzos y
ocurrir a todo trance a los arbitrios más extraordinarios e ilegales.
En efecto vio vetada su autoridad y poder el provisor y vicario general
doctor don Francisco Santiago de la Concha, tío carnal del doctor Villalta.
Este eclesiástico era por entonces gobernador del arzobispado mediante la
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