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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
Guerrillas y montoneras durante la Independencia
en las ásperas alturas de las quebradas, utilizando galgas como el arma más efi-
caz; y se insiste en evitar toda lucha en terreno llano. En esta misma colección
fluyen los testimonios sobre esa rebelión cuzqueña de 1814, y las guerrillas
del Alto Perú con sus caudillos, entre ellos Gandarillas. En la Emancipación
americana fué muy frecuente esa clase de lucha, seguida en Nueva Granada,
en las guerrillas del Socorro; y el dinámico Coronel Lara era tan diestro, como
lo fué San Martín, en la estrategia a base de cuerpos partidarios.
Por otra parte, en la Colección existen muchos documentos sobre las
montoneras y guerrillas realistas que empleaban esa misma táctica, frecuente
en la Península, en particular durante las guerras por su Independencia. La
Gaceta de Lima de 1813, consignaba noticias sobre los Comandantes de gue-
rrillas españolas, entre ellos Fr. Asencio Nebal, el fraile de Valencia. El propio
Miller, en uno de los documentos de esta recopilación habla de las guerrillas
realistas, «semejantes a las de los guerreros de la Península».
Espigando en la documentación, fluyen los más variados criterios en
punto a la denominación de esos cuerpos irregulares. A menudo se utilizan
indiferentemente los términos partida, guerrilla y montonera. Paula Otero y
Valdivieso, entre otros, aplican el calificativo de «partidas de montoneras» y
«partidas de guerrillas» a una misma guerrilla, como la de Huaypacha. Como
problemática de investigación, sería interesante precisar las características,
composición y funciones de estos grupos partidarios que insurgen con di-
versos nombres, tales como «Partidas cortas» o «Partidas pequeñas», que a
tenor de algunos documentos parecen haber sido de observación, y según
otros textos se diferenciaban por el número de sus integrantes; «Partidas fran-
cas», en algunos casos para el servicio de propios o vigías; «Partidas de galge-
ros»; «Partidas volantes»; «Partidas de observación»; «Partidas de avanzada»;
«Guerrillas veteranas»; «Partidas del ala derecha»; «Partidas del ala izquier-
da»; «Cordones de guerrillas»; «Divisiones de partidas de guerrillas», integra-
das por cuatro cuerpos de cien miembros, etc. No faltan las denominaciones
originales en esas guerrillas y montoneras, algunas de las cuales solicitaban el
reconocimiento de sus nombres. Entre estas, figuran los «Lanceros del Sol»;
la «Partida de la muerte», levantada por Estrada para vengar los excesos co-
metidos por el temido realista Arana; la de «Los valerosos de Huavique»; y la
«Partida de la Venganza» de José Urbiola.
Por lo que toca a las posibles diferencias en razón de la composición
numérica de estos cuerpos, en líneas generales cabe observar que existieron
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