Page 22 - Guerrillas y montoneras durante la Independencia - Vol-1
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Volumen 1
                                                                    Prólogo a la primera edición


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                    Aunque el tema está íntimamente relacionado con la acción militar, he-
            mos observado como norma de la investigación no interferir en la materia, salvo
            en lo que concierne a las operaciones combinadas del ejército regular con las gue-
            rrillas y montoneras y, aún en ese caso, exclusivamente cuando las referencias son
            concretas a este último aspecto. Conviene, empero, presentar algunas considera-
            ciones de índole aclaratoria. Un conocimiento superficial del tema puede suscitar
            errores en la discriminación del material seleccionado. Documentos sin aparente
            vinculación, se refieren sin embargo a los cuerpos irregulares de partidas, guerri-
            llas o montoneras, en especial cuando se trata de jefes de esos grupos poco cono-
            cidos, o que ejercieron cargos o funciones políticas y administrativas. Existieron,
            igualmente, como hemos de reiterar, guerrillas y partidas con denominaciones
            propias del ejército regular, como las de «Regimiento de Granaderos a caballo de
            la Guardia» o «Dragones del Regimiento de Infantes», a cargo de jefes o exjefes
            de partidas. Preciso es, asimismo, tener presente que en la rebatiña de ascensos,
            propia de toda etapa bélica intensa y prolongada, fueron muchos los antiguos gue-
            rrilleros o montoneros que pasaron a integrar las filas del ejército de línea.
                    Un caso concreto es el tocante al «Batallón Huánuco», cuya organización
            se encomendó a Francisco de Paula Otero, Comandante General de las Guerrillas
            de la Sierra. Las Instrucciones sobre ese cuerpo son muy precisas al respecto. Se
            constituyó a base de reclutas y donativos de los pueblos y, como lo indica el propio
            Paula Otero, sin gravamen alguno para el Estado. Muchos guerrilleros se unieron
            a ese Batallón y con frecuencia se empleaba, cuando de él se trataba, el término
            «Unión de armas».
                    A la inversa, elementos del ejército de línea pasaron a las filas guerrille-
            ras, no sólo como instructores, sino, como se comprueba en la documentación,
            porque debido a sus conocimientos del territorio, o por ser originarios de pue-
            blos donde amagaba la lucha, eran más útiles dentro de esos grupos partidarios.
            Finalmente, la inclusión de algunos documentos firmados por jefes militares, se
            justifica porque, como en el caso de Juan José García Mancebo, se ocuparon, en
            ejercicio de su función, del armamento o de otros aspectos relacionados con la
            regularización de esos cuerpos auxiliares. Muchos jefes de Escuadrones, lo eran
            de partidas, como Juan Delgado, Comandante del tercer Escuadrón de la Villa de
            Chancay.



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