Page 992 - La Rebelión de Túpac Amaru II - 7
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Volumen  7
                                                              Causas criminales contra los rebeldes
            bastantes días, de donde se vino a Checacupe, de donde no se ha movido, que
            me consta por mis órdenes que venían a llevarlo, haciendo sus lances como
            podía, por no incurrir en la deslealtad que otros, con nuestro Rey y Señor (que
            Dios guarde); también me consta que por no haber querido ir a Pucacasa,
            dió orden a los indios para que lo matasen, como que de facto lo buscaron y
            escondido como pudo en la iglesia, se escapó y nunca le oí cosa que fuese a
            favor del rebelde, ni cosa que sonase a infidelidad a nuestro Monarca, antes si
            propensión a ponerse bajo de las banderas reales. Es cuanto puedo decir y he
            observado. Campo de Tinta y abril 10 de 1781.
            Antonio José de Villavicencio y Jáuregui
            (rubricado)


                    Entre renglones: Don José Unda. – Vale.
            Villavicencio (rubricado)


            [Informe del cura Antonio Pérez Oblitas. Abril 10, 1781].
                    En virtud del auto que antecede, debo informar bajo de juramento,
            que hago in verbo sacerdotis tacto pectore, que cuando me trajeron preso los
            indios de Quiquijana, para presentarme al indio José Túpac Amaro, hallé a
            José Unda y a su mujer, en el pueblo de Checacupi, y luego que lo ví, le hice
            cargo de la carta que escribió a su madre y de que hubiese estado con el rebe-
            lado y díjome que la carta la había escrito con sencillez; y creyendo que era
            cierta la comisión que decía tenía el dicho Tupa Amaro. Más visto y reflexio-
            nado, que era imposible que a un indio se diese comisión para que extinguiese
            corregidores y reales derechos, con una consideración se apartó enteramente
            de su vista, fingiendo motivos y asi se escapó de ir al Cuzco. Estas razones me
            los significó en descargo, llorando mucho y agregando, que para experiencia
            le quedaba lo sucedido con sus hermanos. Visto y oído esto le consolé ma-
            nifestándole el indulto, que tenía para publicarlo en Marcapata; dió gracias
            a Dios de la piedad con que miraba el Rey Nuestro Señor a los que habían
            estado engañados por el tirano.
                    Volvieron del Cuzco y juntándose Don Matías Cardeña (cuñado de
            Unda) con los españoles de la Doctrina de Sicuani, dispusieron publicar un
            auto para prehender al indio, publicó éste en dicho Sicuani y pasó con el cita-
            do Don Matías Cardeña y lo publicó en Checacupe, juntamente con el indulto
            que yo le dí, Vitorio Unda, con arma que al punto cogió; y al día siguiente ya



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