Page 752 - La Rebelión de Túpac Amaru II - 7
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Volumen 7
Causas criminales contra los rebeldes
con pérdida de treinta y un indios y una gran /.45v porción de heridos, según
la mucha sangre que dejaron en el campo.
El día 9 del mismo mes de marzo, se presentaron otra vez los rebeldes,
por Araypalpa, con un cuerpo como el antecedente y considerando Figueroa
que embestirían al mismo tiempo por el paraje nombrado Imbaroca, avisó
oportunamente a los comandantes, para que los auxiliasen. Pusiéronse en ca-
mino al instante y observados por los rebeldes no se atrevieron a entrar en
combate, pero lo tuvieron con los de Araypalpa, quienes los destrozaron e
hicieron huir con mucha pérdida.
El 13, resulta haber habido una función sangrienta sobre el mismo río
de Cusihamba o Apurímac, y que la victoria que se logró de los insurgentes, se
debió en gran parte a las acertadas disposiciones del referido Figueroa; igual-
mente que la del siguiente día, en que consta haber sido destinado con otros
oficiales y cincuenta fusileros al centro del campo de batalla, por lo cual se
consiguió ponerlos en huida, con considerable mortandad y muchos heridos.
En el día 17, consta haber habido otro choque con los enemigos de
la otra parte del puente, en el cual se hizo una gran mortandad de enemigos,
porque ebrios o despechados miraban con desprecio los estragos de nuestras
armas: y asistió a esta acción, como a todas las demás el citado Sargento Ma-
yor.
El 17 consta haber habido otra refriega con los rebeldes, que fueron
derrotados como las otras veces.
El 20, resulta que el referido Figueroa con otros oficiales tuvieron una
acción con los insurgentes defendiendo los bagajes o cabalgaduras de nuestro
campo, y que habiendo ocurrido multitud de los contrarios a la falda del cerro
Imanco, con el mismo designio, fueron rechazados. Sucesivamente se tuvo
otra acción mas sangrienta en el paraje nombrado Choquechampe y consta
que habiendo observado el referido Figueroa, que en aquel puesto era menes-
ter reforzar a los nuestros, oportunamente lo hizo con mucha viveza, acompa-
ñado del Ayudante Arriola y otros fusileros tan valerosamente que rechazaron
a los enemigos del centro que pelearon obstinadamente y que, con su presen-
cia cobró tanto aliento nuestra tropa, que desalojaron a los insurgentes de un
/.46 peñón eminente que ocupaban. En esta acción padeció grave riesgo la
vida de Figueroa, porque avanzó de los primeros a los enemigos y no cesó de
hacer fuego hasta que se retiraron de la cumbre. Este día se hubiera logrado
una completa victoria de ellos, si nuestros soldados, observando mejor disci-
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