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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
La rebelión de Túpac Amaru II
Miguel de Acuña
Escribano de Su Majestad y Público
(rubricado)
[Certificación del Coronel Guizasola favorable al encausado Figueroa. Julio
9, 1781].
Don Isidro Guizasola Coronel del Regimiento de Milicias de la Pro-
vincia de Paruro y Segundo Comandante de la Cuarta Columna de la expe-
dición despachada de la ciudad del Cuzco contra el rebelde José Gabriel Tupa
Amaro, a las órdenes del Señor Don José del Valle, Mariscal de Campo de los
reales ejércitos de Su Majestad e Inspector General de las Milicias de estos
reynos.
Certifico al Rey Nuestro Señor y los señores ministros que la presente
vieren, que el Sargento Mayor de dicho Regimiento de Paruro, Don Juan An-
tonio Figueroa, natural del Reyno de Galicia, en España, y dueño de la hacien-
da de Quipococha, en la Provincia de Quispicanchi, después de haberse liber-
tado del penoso cautiverio en que lo tuvo el rebelde Tupa Amaro, cincuenta y
tantos días, se dedicó a servir su empleo impulsado de su celo y fidelidad hacia
el Soberano y según consta del diario de operaciones, que existe en mi po-
der, hizo los servicios siguientes, acreditando en todas las funciones un valor
poco común y un espíritu desembarazado y generoso. El día 6 de marzo, fue
encargado este oficial, por el Comandante, de defender el río de Cusibamba o
Apurímac, con cincuenta fusiles (cuyo puente se estaba fabricando a toda pri-
sa por los nuestros, por haber quemado los rebeldes el de Crisnejas, que había
para facilitar el paso a la columna, que los enemigos intentaban embarazar) y
no obstante ser éstos muy superiores en número, no sólo los hizo retirar, sino
que mató algunos, hirió muchos y ahorcó varios prisioneros.
El 7 consta que habiendo embestido con mayor empeño los insurgen-
tes, como en número de seis mil, divididos en dos destacamentos, dispuso el
referido Sargento Mayor, con tanto acierto la artillería y el cuerpo de fusileros,
que habiendo tenido un combate de dos horas se logró ponerlos en fuga, con
pérdida de cincuenta y ocho hombres y muchos heridos, sin que peligrase ni
un soldado de los nuestros.
El ocho, volvieron a atacarnos los enemigos en número de tres mil,
empeñados en impedir la fábrica del puente y fueron igualmente rechazados,
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