Page 755 - La Rebelión de Túpac Amaru II - 7
P. 755
Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
La rebelión de Túpac Amaru II
cuten vuestras órdenes y disposiciones bajo de las penas que les impusiéredes,
en que los he por incursos y condenados lo contrario haciendo, las ./48 que
se ejecutarán en los inobedientes, según Ley de Milicia. Para todo lo cual os
mandé librar este título, firmado de mi mano y refrendado de mi infrascrito
Secretario Mayor de la Gobernación y Guerra de este Reyno. Que es dado en
los Reyes del Perú, en veinte y cuatro de abril de mil setecientos setenta y nue-
ve años.- Don Manuel de Amat.- Por mandado de Su Excelencia, El Marqués
de Salinas.- Una rúbrica.
(Al margen: Memorial).
[Informe relacionado con la existencia de oro en la provincia de Quispican-
chis].
Excelentísimo Señor . - Don Juan Antonio de Figueroa, Sargento Ma-
yor de la Provincia de Chilques y Masques, por Vuexcelencia, natural del Rey-
no de Galicia, puesto a los pies de Vuexelencia, por la persona que tiene su
poder dice: Que por representación que el Padre Antonio Bermúdez expulso
de la Compañía hizo a Su Majestad, manifestando en ella ser sabedor de un
venero de oro en los andes que corresponden a la Provincia de Quispicanche,
en el cerro de Camanti y río de Yanauno y por orden de Su Majestad, mandó
Vuexelencia al Corregidor de /.48v dicha Provincia, que lo es Don Pedro José
Vélez, fuesen a registrar dichos lugares y siendo preciso llevar armas para no
aventurar la gente, en tierra que está poblada de indios infieles, hice de mi
mano dos pedreros con sus cureñas y quince escopetas con la pólvora y balas
necesarias, todo a mi costa e industria, por hallarme mas que mediamente há-
bil en la facultad de fabricar estos pertrechos y dejando el trabajo de mi ocu-
pación, fui llevando quince hombres diestros en el manejo de armas y un Ca-
pellán con los víveres correspondientes y carruaje, todo a mi costa, sin haber
pensionado a los indios del pueblo de Marcapata, última población de cristia-
nos, introduje en mulas propias armas y bastimentas, en lo que gasté cantidad
de pesos con el mayor gusto, por ser en servicio de Su Majestad; y llegado que
fui al dicho cerro de Camantí, lo registré y ví que no ofrecía cosa de funda-
mento, como asimismo, el río de Yanauno, que son las aguas, que descienden
de /.49 dicho cerro por la parte del sur; y habiéndome informado de los indios
de la puna, porque tenían noticia que a la parte del sur en la banda del río
grande, había un río llamado Esrrimayo y que tenía mucho oro y conocido
754