Page 748 - La Rebelión de Túpac Amaru II - 7
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Volumen 7
Causas criminales contra los rebeldes
(Al margen: Testigo Don Manuel José de San Roque)
En la ciudad del Cuzco en siete días del mes de julio de mil setecientos
ochenta y uno. Por ante mí el Escribano la parte de Don Juan Antonio Figue-
roa en prosecución de la información que está dando presentó por testigo a
Don Manuel José de San Roque, natural de Santiago de Chile y residente /.41v
en esta dicha ciudad, de quien en virtud de la comisión que me es conferida
le recibí juramento y lo hizo a Dios Nuestro Señor y a una señal de cruz, en
forma de derecho so cargo de él, prometió decir verdad de lo que supiere y
fuere preguntado; y siéndole al tenor del interrogatorio, incerto en el escrito
presentado por dicho Don Juan Antonio Figueroa, declaró lo siguiente.
1° A la primera pregunta dijo, que es cierto, que estando ya preso el
testigo, el día cinco de noviembre del año próximo pasado de mil setecientos
ochenta, bien de mañana en el pueblo de Tungasuca, en casa del rebelde indio
José Gabriel Túpac Amaro, y de su orden fue Don Juan Antonio Figueroa a
dicho pueblo, en compañía de su hijo Tiburcio Figueroa y un mozo tucumano
a requerirle al dicho Corregidor a la paga de cantidad de pesos, que le estaba
debiendo para habilitarse en la construcción de los puentes del pueblo de Tin-
ta y otro lugares. Que habiendo entrado por la puerta al lugar donde estaba
ya preso dicho Corregidor lo maltrataron los mestizos, que allí estaban de
guardia, al tiempo de resistirse dicho Don Juan Antonio, lo que oyó el testigo
del cuarto inmediato, donde estaba preso en donde lo pusieron preso a él y
a dicho su hijo, dejándolos encerrados con llave en dicho cuarto y que vió el
testigo que de los dichos golpes tenía la cara hinchada, la boca ensangrentada
y con un dolor en una pierna, que le duró muchos días. Y responde.
2° A la segunda pregunta dijo, que dicho Don Juan /.42 Antonio Fi-
gueroa, se trasladó de orden del rebelde del cuarto donde estaba con el testigo
a otro que estaba en el patio donde residía dicho rebelde, para que le compu-
siera las armas de fuego, porque supo éste tenía esa habilidad, lo que sucedió
el día seis de dicho mes de noviembre. Que pasados algunos días de la muerte
de dicho Corregidor, supo el testigo por haberlo oído decir al dicho Figueroa
y a Don Mariano Riquelme, que entre ellos, su hijo, mujer y Silvestre Valer,
habían dispuesto quitarle la vida al dicho traidor, a cuyo fin había cargado los
fusiles dicho Figueroa y un pedrero, que el traidor había hecho conducir de su
hacienda, que pertenecía a dicho Corregidor Don Antonio Arriaga, a quien
le oyó el testigo que le reconvenía a dicho Figueroa por dicho pedrero, para
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