Page 479 - La Rebelión de Túpac Amaru II - Vol-6
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             La rebelión de Túpac Amaru II
            bieran sido tan sumisos los que le escribían, ni éste famoso traidor le hubiera
            autorizado hasta pedir le diera misa al licenciado don Antonio Serrillo, como
            se infiere de la carta respuesta de fojas 6.
                    Los declarantes contestes no hay duda que hacen plena fé en derecho,
            y habiendo comprobantes con las cartas mencionadas, es indubitable su con-
            vencimiento.
                    Sin que la confesión negativa de este reo le apoye la simulación de su
            verdadero concurso, porque siendo ofensiva a la religión del juramento bajo la
            que hizo, agrava su malicia hasta llegar a lo sumo de pertinaz perjuro por no
            conducirse con la sinceridad con que debió confesar, presumiendo neciamen-
            te que con decir que estaba forzado aventuraba defensa y deslumbraba sus
            hechos criminosos, cuando los ulteriores documentos de cartas suyas escritas
            que corren desde fojas 14 hasta fojas 25 hacen un testimonio de que fue muy
            interesante en los detestables éxitos de aquel vil traidor.
                    Cada carta y sus cláusulas son un brote de obsecuencia gustosa al in-
            dio en sus facciones. Por la primera de este orden hace la más fina expresión a
            Sinanyuca de que su deseo es no desertar de la sombra del señor gobernador
            hasta morir. Por la de fojas 16 se deja ver un atroz delincuente que después
            de hacerle al rebelde un razonamiento afectísimo así su salud, la de su mujer
            e infantes, espera ver destruídos a los vasallos de nuestro augusto monarca, y
            sucesivamente dice que pasa a Livitaca a prender al ayudante porque ha estado
            platicando contra nosotros. Por la de fojas 18 se convida muy urgente a ir a
            cortar los puentes de Cusibamba y Guaccachacca para impedir los propios de
            Arequipa y víveres de Majes que se conducían por el segundo a esta ciudad.
            Las firmas de las cartas todas son uniformes y propiamente suyas. Están reco-
            nocidas y no hay duda que así producen contra él una prueba inalterable que
            según derecho es bastante para por ellas proceder a la punición del reo.
                    Sobre de punto su actividad al registrar los progresos que intentaba
            avanzar para ganar terreno y destrozar nuestras tropas, porque corriendo di-
            ligente de Pisquicocha a Velille, de aquí al pueblo de Chamaca, provincia de
            Chumbivilcas, y de ésta a los lugares de Santa Rosa, Cabana y demás partes
            de la de Lampa en el espacio de tres meses, los más lluviosos y penosos, de
            Enero, Febrero y Marzo, ofrecía sitiar la villa de Puno, destruirla y pasar ade-
            lante, pidiendo a este fin autos y edictos para promulgar a nombre del indio las
            franquezas, y presumían contra las reales intenciones de nuestro soberano.
                    Muy a los ojos se presenta la fé que tuvo este indio traidor a los proyec-



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