Page 566 - La Rebelión de Túpac Amaru II - 5
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Volumen 5
                                                           La defensa del obispo Moscoso: Cargo 14º
            venerar con todas las atenciones que ella pidiere. Bien sabeis el reciente exem-
            plar de Don Carlos Bustamante que con el nombre de Carlos Ynca fue tratado
            en la explendida y magnifica corte del Rey con toda la distincion que aun no
            fue el anelo de sus pretensiones, sino superior a quanto podia esperar, hacien-
            dolo el Monarca tan expectable entre los que mas descollavan que fue la admi-
            racion de los que lo conocieron en su primera vaxa fortuna.— Ba empeñada
            en esta promesa toda la real palabra que nunca os puede faltar; ba empeñada
            toda la eminente representacion de un virrey tan condecorado como el de
            estos reynos; ba en fin empeñada la mia con todo el bulto que la debe dar un
            ministro de Jesu Christo caracterizado con la plenitud del sacerdocio.— Os
            incluyo esta Carta Pastoral, que tengo dirigida tambien a todas provincias de
            mi docesi; escuchad su lenguaje y reputad que os digo a vosotros mui en par-
            ticular lo que alli expongo a todos los que habeis con vuestra insurgencia de-
            mentado. No perdais la oportunidad que se os brinda; no dexeis escapar la
            ocasion de reponeros en la situacion en que antes viviais. Si no atendeis ahora
            este ultimo llamamiento, yo os aseguro que vuestro destino no es sino perecer
            al rigor de las armas que de todas partes han a decretar vuestra ruina. Despues
            ya no será tiempo de conmiseracion y hos (Al margen: Ojo) vereis en la dura
            necesidad de perder vuestras vidas en un infame suplicio como vuestro primo
            y padre con los demas que lo acompañaron o morir sacrilegamente excomul-
            gados y sin recurso a la misericordia de Dios, bajo de las armas que van a
            desvanecer las vuestras y a dar al mundo un publico escarmiento en el infaus-
            tisimo destino que se os previene, si os mantubieseis reveldes. Estar en inteli-
            gencia que Dios ha de sostener su justa causa y que un reyno el hizo propio de
            los Reyes de España a costa de tantos milagros con que desabrochó los tesoros
            de su omnipotencia, no lo ha de desmembrar de sus estados prosperando
            vuestros atrebidos proyectos. Yo me buelvo ahora a este Señor y con aquella
            confianza que me dá la representación de que él ha querido revestirme para
            con vosotros, le pido os inspire esos pensamientos de subordinacion que son
            propios de los vasallos hacia su rey; estos dictamenes de religion que son fruto
            de la fé, que quiso plantar entre vosotros por la intervencion de la nacion mas
            catolica; y esos arbitrios de docilidad que se os piden por miembros de esta
            porcion tan recomendable de su Yglesia, a que su providencia, sin merito pro-
            pio mio me destino. Quiera su benignidad que yo aparezca en su tribunal con
            la gloria de haveros pacificado y vosotros con la complacencia de haver defe-
            rido a mi exortacion. Me prometo que ella surta en vosotros todos los efectos



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