Page 564 - La Rebelión de Túpac Amaru II - 5
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Volumen 5
La defensa del obispo Moscoso: Cargo 14º
DOCUMENTO 83
(Al margen: Pastoral a Diego Tupa Amaro y su sobrino Mariano).
Diego y Mariano Tupa Amaro hijos mios. Aunque parece que desme-
reciais este titulo desde el punto que negandoos a todo lo que la naturaleza, la
razon, la justicia y la religion prescriben rompisteis el freno de la sugecion
debida al Rey, a las Leyes y a Dios, mis paternales entrañas no permiten que yo
dexe de apellidaros con él; ni que llamando a vuestra consideracion los empe-
ños en que hos ha puesto la condicion de vuestro nacimiento y la profesion de
christianos o no os excite a que oigais la voz de este Pastor que llora sin cesar
los descariamientos escandalosos en que hasta el dia hos hallais.— Quien cre-
yera que despues de dos siglos y medio en que veiamos en la mas firme subor-
dinacion a estas provincias, vajo del suave yugo de una dominacion que Dios
por un efecto de su beneficio misercordia las destino llegasen al rompimiento
de la obediencia con tanto daño de los mismos que la pensaron sacudir expe-
rimentamos hoy? Solo el Ynfierno podia sugerir al principal autor (Al margen:
Ojo) de este desconcierto un pensamiento que le atrajo su entera perdicion, el
inevitable exterminio de su familia y la turbacion de un reyno tan floreciente
y sola la terquedad de los conatos del Demonio de la obstinacion podia soste-
ner una rebelion que si la Providencia no la remedia, vera la ruina de tantos
infelizes que cierran los oidos a quanto puede dictar la razon.— Qué es esto
hijos mios? Podeis por ventura persuadiros que hay en vosotros fuerza para
resistir a todo el imbencible poder de un monarca tan respetable como el que
Dios nos dio? No veis que conspiran contra vosotros el Cielo y la Tierra; esta
esforzando sus armas con certidumhre de acabaros y aquel lloviendo sobre
vosotros esas maldiciones que descargan sobre quien descompone la armo-
niosa disposicion en que quiso viniesen todos adorando a esos soberanos, que
son los delegados del mismo Dios? Que haveis experimentado hasta aqui sino
una miserable vida, errante, obscura, fugitiva que hos llena de todas las amar-
guras que trabe consigo una conducta criminal, hasta el extremo de romper
quanto tiene de mas sagrado la Religion?.— Comparad esta vida desasosegada
con la que antes teniais en la quietud de vuestros lugares y ved si esta tranqui-
lidad que gozavais puede entrar a consideracion con las miserias a que hos
reduce vuestra temeridad. No os queda asilo alguno a que os podais acoger,
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