Page 562 - La Rebelión de Túpac Amaru II - 5
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Volumen 5
La defensa del obispo Moscoso: Cargo 14º
Assi hijos mios lo que ha parecido rigor es charidad a vuestros cuerpos
y alma, rendios pues a los amorosos silvos de este vuestro Pastor compadecido
de vuestras fatigas. Yo debo dar mi vida por la vuestra como Jesu Cristo la dio
por los hombres. Yo os buscare por essos desiertos como a obejas perdidas y
aun por una sola caminaré estampando sobre la tierra huellas con mi sangre y
luego que la encuentre la echare gustoso sobre mis hombros para reducirla a
mi aprisco.
Combertios hijos mios hasta quando haveis de andar vagos y errantes
por essos desamparos, retirados de vuestras casas, viendo padecer o morir a
vuestros hijos, mugeres, parientes y amigos! Y esto sin fruto alguno por que
todos fallesen para condenarse y ultimamente despues de tantas incomodi-
dades y peligros como vuestras armas no lo son respecto de las de nuestro
Rey, algun dia os haviais de sujetar y es preciso hacerlo de modo que vuestra
obediencia sea mi obsequio racional y noble por libre.
La piedad del Excelentisimo Señor Virrey presente Don Agustin de
Jauregui y del Señor Visitador general don Josef Antonio de Areche ha extin-
guido los repartimientos y esemptos de essa pension estaeis desembarasados
para el corto tributo que siempre haveis pagado a nuestro catholico soberano
por las tierras y demas beneficios que su bondad os concede. Recogidos en
vuestras casas vivireis en tranquilidad, criando a vuestras familias y gosando
de aquella felicidad que la paz dexa despues de una desecha tormenta como
la que haveis padecido. No temais el castigo de las inconsideraciones en que
habeis incurrido ya por ignorancia ya por temor de los que os han forzado a
tomar las armas, ya por la seduccion de los que ha querido adelantar sus torci-
das intenciones a costa de vuestra sangre, intereses y conbeniencias tales qua-
les gosabais en vuestras pobres habitaciones todo lo haveis sacrificado y con
tanto sudor, angustias y sosobras haveis sembrado mucho para coger poco y
lo que es mas cierto nada.
El Excelentísimo Señor Virrey ha puesto en mi mano vuestra suerte y
mostrandose sensible al dolor con que imploro para vosotros el perdon se ha-
lla resignado a lo justo que yo dispusiese de vosotros protestandome que pasa-
ra por lo que yo hiciese. Para ello me ha conferido todas las facultades en dos
cartas que me ha escrito con fecha de diez de agosto del año que corre por no-
ticia que tubo de que haviendo llegado a mis oydos el mudo clamor de vuestra
infeliz cituacion deseaba visitar las doctrinas desordenadas para curar mi grey
enferma fortalecer la parte debil y acoger amoroso la errante; y no usare yo de
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