Page 554 - La Rebelión de Túpac Amaru II - 5
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Volumen 5
                                                           La defensa del obispo Moscoso: Cargo 14º
            cuyo afecto circulaba en las benas con su sangre, intentando transcendiese a la
            posteridad que aunque no toda de asenso al vaticinio, trahe el riesgo del con-
            tagio a los credulos y materia a los malignos. Hablo de aquella que tiene el
            nombre de profecia y que se asegura por la facilidad de algunos haverse en-
            contrado en uno de aquellos adoratorios sobre la restitucion de este reyno a
            sus naturales asegurandola con la proteccion de la Ynglaterra; asi se ve en el
            prologo de la segunda ediccion de don Gabriel de Cardenas. ¿Quien no medi-
            ta que corriendo estas obras entre los de aquella cismatica gente, enemiga
            nuestra no reconozcan la supersticiosa prediccion por una verdadera profecia,
            que les aliente a la solicitud de un derecho indebido al reyno que se patrocina-
            ria o de los rebeldes o de los mal contentos? en las circunstancias criticas en
            que nos hallamos, es mas digno de atencion el reparo, quando tenemos a Tupa
            Amaro revelado aunque perdido y a la Ynglaterra con las armas en las manos
            que uno y otro deben ser todo el fundamento de nuestra precaucion. Si los
            Comentarios de Garzilaso, no hubiesen sido toda la lectura e instruccion del
            ynsurgente Josef Gabriel Tupa Amaro, si sus continuas invectibas y declama-
            ciones contra los españoles no hubiesen radicadose tanto en su animo si lo
            que habla de los señores virreyes, que governaron los principios de este reyna-
            do de los reales audiencias y demas jueces, no se hubiese permitido dar tan
            facilmente a la prensa y en una palabra si estas y otras de algunos autores
            regnicolas, no hubiesen tenido la aceptacion del traidor en lo mucho que en
            ellas se vierte sobre la conquista no emprehenderia Tupa Amaro el arrojo de-
            testable de su revelion; éste se mantenia quieto en los confines del cortisimo
            pueblo de Tungasuca reducido a la labor de unos infertiles sembrados y sujeto
            al aparejo y reata en el trafico de mulas, pero la incauta expresion de muchos
            imprudentes y manejo de aquellos libros, que devian quemarse, alentaron
            aquel espiritu para la irrupcion que experimenta el reyno y de cuyas resultas,
            no podria convalecer a no habernos deparado la providencia un heroe tan
            cumplido como vuesa señoria que con su infatigable actividad y feliz expe-
            diente, nos ha redimido de la opresion presente y va a reparar sus lastimosas
            quiebras. En vistas de estas razones exfuerzo mi deseo a proponer a vuesa se-
            ñoria que quantos retratos de yncas y antiguos ritos de sus mayores se conser-
            basen entre los yndios y de los que de ellos descienden enteramente se pros-
            criban, extingan y consuman que se recojan quantos quadros de armas,
            escudos de nobleza y papeles relatibos a ella se les encontrasen, que los trages
            se reformen en uso y color al que traben nuestros españoles, que totalmente se



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