Page 556 - La Rebelión de Túpac Amaru II - 5
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Volumen 5
La defensa del obispo Moscoso: Cargo 14º
no menos que para glorificar a su Divino Autor y gozar enteramente de las
incomprehensibles delicias de la bienaventuranza.
Esta consideracion nos hace amar a todos nuestros diocesanos con
la misma ternura que una madre a los hijos de sus entrañas, pero aun siendo
generales estas nuestras caricias para con los fieles de nuestra Yglesia tienen
singular asiento en nuestro corazon los ynfelices indios con quienes hablamos
en este monitorio. Ellos son acrehedores a nuestra conmiserazion por su debil
naturaleza por que son aquella porcion de christianos por cuia salud eterna
baxo del cielo la misma madre de Dios proporcionando los medios de confir-
marlos en la fé con los ministros embiados a este fin. Y ultimamente por que
nuestros catholicos reyes de España nos los han encargado particularmente
como que desde los principios de la conquista de estos reynos los han recibido
bajo de su real y suprema proteccion llenandoles de privilegios que no han
merecido los españoles.
Si hijos mios nuestros ilicitos monarchas os han conservado con el
amor de que vosotros mismos sois testigos; el que os ha ofendido, ha ofendido
la niña de sus ojos y esta verdad reconosereis en las fuentes de las leyes, que
tanto favorecen vuestra nacion, en los despachos del govierno reales provi-
siones, sentencias y demas providencias que ha amparado en sus derechos a
vuestros progenitores y los han enoblecido. Si alguna vez haveis sido gravados
no ha sido, sino por culpa de algunos particulares en que no ha tenido influ-
xo ni noticia la magestad las mismas cedulas reales que en diversos tiempos
han dimanado del trono demuestran, que la intenzion de nuestros piadosos
soveranos ha sido el que se os guarden vuestras exempciones y franquezas
corrigiendo qualesquier agravios que no solo vosotros haveis padecido por
que en todo el mundo suelen verse hierros que no penden de la soverania ni
de los tribunales que a su nombre administran justicia sino de otros que han
delinquido como hombres de la misma naturaleza que vosotros. O hijos mios
si contemplaeis a buena luz vuestros padecimientos hallareis tambien que mu-
chos de ellos han nacido de vuestros mismos casiques y principales que por
mayor representazion os han oprimido reconoced si gustais los archivos del
reino y encontrareis (Al margen: Ojo) quejas que vosotros o vuestros padres
han presentado contra esos maiores a los Señores Virreyes, a los Señores de las
Reales Audiencias y Corregidores.
Pero acaso bolviendo los ojos a los mas obscuros dias en que reyna-
han la idolatria era mejor la suerte de vuestros ascendientes infieles? No hijos
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