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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
La rebelión de Túpac Amaru II
gozan los yndios, en lo espiritual y temporal y se reconocera lo que se abentu-
ra en la nimia condesendencia azia esta indocil nacion y la imprudencia con
que proceden los que irreflexamente se conduelen de sus opresiones. No pue-
do leer sin astio los Comentarios del Ynga Garzilazo, ni otros que indiscreta-
mente han dexado correr la pluma arrastrados de las figuradas miserias de los
yndios. No quiero por esto que se me note de rigido y severo, mi genio y mi-
nisterio exigen lenidad y compasion pero tambien es temeridad queran colo-
car en el agrado de piratas e inhumanos a nuestros primeros conquistadores y
reductores de esta nacion. Su barbarie mas pedia cauterio en la mayor parte de
sus individuos que suavidad y es constante quanto se travajó por docilitarles
al ligero yugo de la ley? Que comparacion tienen las fatigas figuradas de los
españoles, con las que llebaba la ley de su gestilisimo? Acaso las leves cargas de
nuestra corona y suabes preceptos del catolicismo son equiparables con las
duras cadenas con que les oprimian sus yncas; considerese que por lo regular
los delitos se castigaban entre ellos con pena de la vida, no havia yndio ocioso,
por que todos trabajaban en provecho del Estado y ni aun los mendigos se
excepcionaban del tributo. Eran crueles entre si, sirviendose en varias partes
de victimas para el sacrificio, para el plato y para las mas infames abominacio-
nes, carecian de infinitas cosas que hoy les han proporcionado los españoles
para vivir comodamente, se mataban en continuas sangrientas guerras en que
eran infatigables y padecian otras muchas molestias de que abundan sus his-
torias. Y esto es comparable al tenue travajo que tanto encarecen los que se
lamentan de sus calamidades. Desde luego me compadezco de las miserias de
los yndios como de todos, pero conozco que exesivamente se les compensa su
tributo. La demasiada venificencia de nuestro soberano es para ellos un com-
vencimiento fuerte de la persuacion en que se hallan de que este reyno se
conquistó con tirania y que se les ha quitado lo que por derecho les pertenecia
con otras perjudiciales especies, de que les han imbuido algunos groseros con
capa de conmiseracion cuyos resortes se dexan ver en la actualidad pues sabe-
mos que el perfido Tupa Amaro se ha valido publicamente de ellas, sembran-
dola en los corazones de los ilusos. Debian desterrarse del mundo, no solo los
que asi discurren y lo persuaden, sino quantos libros se han escrito llenos de
estos excesos. Y que diremos, si se permiten impresiones en que se estampan
los fantasticos vaticinios que tanto veneraban aquellos gentiles y que no pue-
den hoirse sin horror por nuestra fidelidad? estan a la vista los libros que les
refieren y autores que los tratan, transcribiendose de aquel ydolatra de su nacion
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