Page 310 - La Rebelión de Túpac Amaru II - 5
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Volumen 5
La defensa del obispo Moscoso: Cargo 11º
tienen que caminar tres meses sin que sean pagados el leguaje los mineros,
quando es lo mandado se pague de ida y de buelta por dichas Ordenanzas
reales, fuera de que no les pagan el trabajo les obligan que sirban a los curas de
pongos y mitanes presisandolos tambien a que pasen sus alferasgos y demas
servicios y esto es quando a su transporte llegan con bien a sus pueblos, que
en sus despedimientos al salir de sus casas causaba mucha lastima, compacion
el berlos, aquel que no pudo comboyarse a dicho servicio, sin remedio afloxa-
ba ciento y mas pesos fuera del havio y bestuario que les daban a los que han
de ir en su lugar y el que no parte por el camino a sufrir las inclemencias del
tiempo dejando a sus hijos tiernos aun perecer y sus ganados al riesgo de que
todos se pierdan y en el camino pasando las mayores inclemencias que se pue-
dan conciderar, unos con sus hijos tiernos y otros con sus mugeres en sus
partos y llegado al arreglo del trabajo de la dicha mita dentran para ocho dias
y sus noches trabajando hasta que echan la yel, puestos por tareas de aquellos
metales que uno solo no es capas de cumplir con dicha tarea se ben presisados
a costa de su dinero a llebar otros mingas en su lugar, para que de este modo
completasen sus dichas tareas y para el beneficio de esto como los tratan peor
que animales los llegan arrear con chicotes y bergas que de uno que les dan los
tienden que ni apollos y los miserables padecen a la figura de este tanto, que es
dificil arreglar un tan dilatado padecimiento y de estos cargos los mas salian
vendidos en sus chorrillos y panaderias, que causa grima el referirlo y en esta
misma conformidad padecen aquellos que ban a Guancabelica que los mas se
mueren a esa reaida de serros que quando dentro de la mina cae el cerro y los
entierra y aogados mueren por otra parte infinitos y de estos no hay quien se
pregunte por estos desdichados pregunto si habrá tolerancia para estas impie-
dades. Los dueños de obrajes, cañaberales y trapiches como se manejaban con
sus trabajadores y presos no porque los miserables eran vendidos los mas de
estos leogardos estrangeros, los mandones y demas agregantes a ellos los des-
truían a cada uno en sus destinos de sus oficios que a muchos le daban por
tarea aquello que habian de acabar en dos dias les havia de entregar en el ter-
mino desde los gallos hasta las ocho de la noche y no cumpliendo los hacían
estirar y les pegaban los de a cuarenta y sinquenta, fuera de los muchos berga-
jones que llebaban en el día de sus trabajos para que bigilen mas presto sus
dichas tareas y con este continuo curso, como se hallaban estos miserables que
sus estatuas no heran mas que de muerte en vida y ellos cayendose de aqui alli
por faltos de alimentos que no tenian mas socorro que un collo de mais de a
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