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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
La rebelión de Túpac Amaru II
y vaxo de juramento en forma que haga fee.— Nuestro Señor guarde a vuesa
merced muchos años. Lima y julio diez y seis de mil setecientos ochenta y
quatro.— Juan Manuel Obispo del Cuzco.
(Al margen; Respuesta). Ylustrisimo señor.— Por el oficio que devida-
mente recivo de vuesa señoria ylustrisima su fecha de diez y seis del mes
proximo pasado de julio de este presente año en el que ordena vuesa señoría
ylustrisima exponga mi dictamen sobre la conversacion que tuve en la ciudad
del Cuzco con don Melchor Gomez Bustamante vecino de aquella ciudad con
ocasion de haverme visto con él en el balcon de mi casa en la cuesta de mi
señora Santa Ana y haver entrado en ella a conversar conmigo con cuio moti-
vo me insignue con el dicho don Melchor segun los pasajes que acontecieron
a mi vista que fueron en la manera siguiente.— Haviendome confiado el señor
vicitador general don Josef Antonio de Areche un pliego cerrado para que lo
concluxese al pueblo de Tinta, y pusiese en manos del ynsurgente traidor Josef
Gabriel Tupa Amaro a quien le entregué y despues de avierto el expresado
pliego, este yniquo le dió a leer a un plumario suio, y como la orden del señor
vicitador fue de que yo personalmente le hiciese saber su contenido, le quité
de las manos del citado su escriviente y en altas voces en presencia de su mu-
ger, su hermano Diego Tupa Amaro, Juan Tupa Amaro y sus hixos le ley su
contexto segun y como fui prebenido por el dicho señor vicitador, por cuio
motivo quedé en aquel pueblo prisionero en consorcio de los demas saserdo-
tes y curas que en aquel tiempo corrieron esta misma suerte.— Ofreciose, que
antes de los pocos días de la pricion de este ynfame revelde, mataron los yn-
dios a su cuñado Andres Noguera en el pueblo de Yanaoca y haviendo man-
dado trasladar el cadaber al pueblo de Mosogllacta de donde el finado era ve-
cino, nos conduxo el revelde a varios sacerdotes a aquel pueblo para que
actuasemos sin exequias, qué despues de concluidas estas y pasado el medio-
dia salimos todos los saserdotes en compañia del rebelde a un morro poco
distante del pueblo en donde nos sentamos todos; que divisando yo el pueblo
de Panpamarca y tambien los cerros de Tongasuca se me ofrecio decirle al re-
velde estas palabras Valgame Dios: Como estarían aquellos sitios de enfrente
aquel dia en que usted sacrificó a don Antonio Arriaga todos llenos de yndios
y quan alvorotados todos estos pueblos y sus havitantes con semejante espec-
taculo, nunca visto ni oído en estos reynos; a cuio razonamiento prorrumpio
el revelde en las palabras siguientes: Nadie tiene culpa para que yo este metido
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