Page 222 - La Rebelión de Túpac Amaru II - 5
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Volumen 5
                                                           La defensa del obispo Moscoso: Cargo 10º
            otras castas de la pleve las quales han contribuido mucho a la maior facilidad
            en la ejecucion de las depravadas inclinaciones de dicho reo Jose Gabriel Tupa
            Amaro, teniendolos alucinados submisos, promtos y obedientes a qualesquie-
            ra orden suia, que han llegado hasta los primeros a resistir el vigoroso fuego
            de nuestras armas contra su natural pavor y les ha hecho manifestar un odio
            implacable a todo europeo o a toda cara blanca o pucacuncas como ellos se
            explican haciendose autores él y estos de innumerables estragos, insultos, ho-
            rrores, robos, muertes, strupos violencias inauditas, profanacion de yglesias,
            vilipendio de sus ministros, escarnio de las mas tremendas armas suias qual es
            la excomunion contemplandose inmunes o exentos de ellas por asegurarselo
            asi con otras malditas inspiraciones el que llamavan su ynga, quien al mismo
            tiempo que publicaba en las innumerables convocatorias, bandos y ordenes
            suyos (de que hai bastantes originales en estos autos) que no iba contra la
            Yglesia la privava como va dicho de sus mayores fuerzas y potestad haciendo-
            se legislador en sus mas sagrados arcanos y ministerio cuio sistema seguia del
            proprio modo contra su lexitimo soverano, contra el mas augusto, mas benig-
            no, mas recto, mas venerable y amable de quantos monarcas han ocupado
            hasta aora el trono de España y de las Americes privando a una y a otra alta
            potestad de sus mas particulares prerrogativas y poder, pues ponia en las doc-
            trinas curas, se recivia en las yglesias vajo de palio, nombrava justicias mayo-
            res en las provincias, quitaba los repartimientos o comercio permitido por
            tarifa a sus juezes, levantava las obenciones eclesiasticas extinguia las aduanas
            reales y otros derechos que llamaba injustos, abria y quemava los obrages abo-
            liendo las gracias de mitas que conceden las leyes municipales a sus respecti-
            vos destinos, mandava embargar los bienes de los particulares avitantes de
            ellas y no contento con esto queria ejecutar lo mismo tomando caudales de las
            arcas reales, ymponia pena de la vida a los que no le obedeciesen, plantava o
            formava horcas a este fin en todos los pueblos ejecutando muchos, se hacia
            pagar tributos, sublevaba con este miedo y sus diabolicas ofertas las poblacio-
            nes y provincias substrayendo a sus moradores de la obediencia justicia de su
            legitimo y berdadero señor, aquel que esta puesto por Dios mismo para que
            las mande en calidad de soverano, hasta dejar pasar en sus tropas la iniqua
            ilucion de que resucitaria despues de coronado a los que muriesen en sus con-
            vates teniendo o haciendolos creer que hera justa la causa que defendía tanto
            por su libertador como por el derecho de ser el unico desendiente del tronco
            principal de los yngas, mandando fundir cañones como fundió muchos para



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