Page 140 - La Rebelión de Túpac Amaru II - 5
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Volumen 5
La defensa del obispo Moscoso: Cargo 6º
apunte donde se sentassen las partidas de sus entradas con notable disminu-
cion de sus ornamentos; de modo que para formar un encabezonamiento de
sus raizes y ganados, mayor y menor costó mucho tiempo a aquellos comisio-
nados que descubrieron los sugetos que se habían apropiado de ellos.— Por lo
que mira a la correspondencia fiel a nuestro Soberano debia decir y digo, que
injustamente habia recibido los sínodos, que su pia y liberal mano le sufraga-
ba, pues Su Magestad Catholica contribuye a su manutencion con el cargo y
condicion de propagar en sus vasallos la ley evangelica, de atender a sus nece-
sidades e indigencias espirituales de ellos la paz de darles a conocer las mara-
villas y grandezas de Dios, de inspirarles la obediencia a uno y otro monarca y
de ayudar en lo que fuere de su parte en orden a sus reales intereses; pero nada
de esto habia executado el enunpciado cura, como declara lo que llebo expre-
sado y voi a representar.— El General Don Antonio de Arriaga ya finado vino
al pueblo de Yauri a mediados del mes de junio del año inmediato anteceden-
te y luego me pasó una carta de oficio en que me pedia aprontase los libros
parroquiales de oleos, entierros y casamientos por ser orden del señor Visita-
dor que con arreglo a dichos libros, segun las edades de los tributarios hiciese
una exacta numeracion de ellos, para satisfacer a los reales derechos y le res-
pondí con harto dolor mio que los libros parroquiales no se encontraban en el
pueblo que ni noticia había de haberlos dejado el cura propio en poder de al-
gun sacerdote o domestico suyo en la casa parroquial y que respecto de haber
viajado a esta ciudad a comparecer ante Su Ylustrissima ocurriesse a él sin
dilacion. Debio el Corregidor de imponerse en la verdad de que no los havia,
ni conocía el dicho cura, porque despues de haber residido algun tiempo en el
pueblo y sus contornos se fue al pueblo de Tinta, sin efectuar tal numeracion,
frustrandose por este defecto los fines tan loables del señor Visitador en servi-
cio del Rey.— Ni yo podía hacer de pronto otros libros parroquiales assi por-
que suponia que el enunpciado Doctor Don Justo huviese vajado con ellos a
dar sus descargos por este medio ante su Señoría Ylustrissima y que despues
de vistos me los remitiría, como tan necesarios al ministerio parroquial, como
tambien porque en el corto tiempo de mi residencia hasta entonces jamas
pude medrar que los Caciques y Alcaldes, me convocassen los yndividuos,
que estaban a sus respectivos cargos para hacerme capaz del numero de ellos
a punto foco, por hallarse remontados en sus chosas y estancias mui distantes
del pueblo y entre si.— Era el caso que se hallaban conspirados de parte de su
cura a fin de no admitir sacerdote alguno, que les hiciesse entrar en el
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