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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
La rebelión de Túpac Amaru II
(Al margen: Auto de Su Ylustrisima sobre Don Andres Graz).
En esta ciudad de Lima en cinco dias del mes de abril de setecientos
ochenta y cinco. El Ylustrisimo Señor Doctor Don Juan Manuel de Moscoso
y Peralta, dignisimo Obispo del Cuzco del Consejo de Su Magestad etcetera:
Dijo que haviendole presentado Don Andres Graz, vecino del Cuzco un es-
crito demandando los salarios, que representaba pertenecerle por el empleo
de administrador que fue del monasterio de Santa Catalina de dicha ciudad
de que le removio su ylustrisima expresó no haver lugar a esta peticion man-
dandole devolver dicho escrito. Que despues de haver venido su señoria ylus-
trisima a esta capital reprodujo la misma suplica ante su Provisor y Vicario
General Doctor Don Josef Perez, quien advertido por su señoria ylustrisima
de la injusticia de esta solicitud lo devolvio igualmente a Don Andres Graz su
representacion. Por tanto y siendo conveniente la constancia de este hecho,
devia mandar y mandó que yo el ynfrascripto Secretario certifique a conti-
nuacion de este auto en forma que haga fé si es cierto todo lo que va referido
expresando la cantidad que demandava el referido Don Andres Graz y las
razones que dio su ylustrisima para no acceder a su peticion con todo lo de-
mas que sepa en el particular y fecha se traiga a la vida para los efectos, que
hubiere lugar. Asi lo proveió mandó y firmó su señoria ylustrisima el Obispo
mi señor de que doy fe.— Juan Manuel Obispo del Cuzco.— Ante mi Doctor
Antonio de Bustamante.— En cumplimiento de lo mandado en el auto que
antecede, certifico yo el infrascripto Secretario, que haviendo ocurrido a mi
Don Andres Graz en la ciudad del Cuzco trayendome una representacion para
el Ylustrisimo Señor Doctor Don Juan Manuel de Moscoso y Peralta dignisi-
mo Obispo del Cuzco, reducida a demandar una considerable cantidad, que
no me acuerdo a punto fixo quanta fue, por los salarios del empleo que havia
exercido de Administrador del monasterio de Santa Catalina, pasé de la pieza
de la Secretaria a la de la havitacion de su señoría ylustrisima, y haviendosela
leido, enterado en su contenido, me mandó se la devolviese, por no haver
lugar a su pretencion, expresandome ser injusta, pues no solo no se lo devian
pagar dicho salarios sino que se le devia executar a que sanease los perjuicios
que havia padecido el Monasterio en el triennio del priorato de la Madre Fran-
cisca del Trancito, en cuio tiempo fue administrador dicho Don Andres Graz,
haviendose notado en él la enagenacion de varios principales, transaciones de
cresidas cantidades y dicipacion de varias alhajas pignoradas por cuia razon lo
removió del empleo. Que posteriormente haviendo havisado el señor Provisor
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