Page 81 - La Rebelión de Túpac Amaru II - 4
P. 81
Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
La rebelión de Túpac Amaru II
naba la más leve ilación, para destrozar al que juzgaba opuesto; en sus muy
propincuos y connados, se vió, descargaba su rigor; y como por otra parte te-
mía Micaela la muerte eterna, simulaba su intención, y aparentaba perversos
deseos.
En este estrecho no le fué posible el abandono; por el camino real, y
aún por los más recónditos se hallaban poblaciones, y figurándose éstas (en)
desamparo, seguramente hubiera fenecido. Los ejemplares son recientes, y en
el cacique de Pisac y otros se confirmaron; y el contener sus deseos, se debía a
esperar mejor coyuntura para facilitarlos sin riesgo.
No hace fuerza la reflexión del Fiscal, de que en Piccho pudo (ella) de-
sertar, porque permanecía la causa en su ser, y aun al frente los fieles de quie-
nes recelaba; igual acaso y lo principal el temor a la censura, porque aunque
ésta no ligaba a los de la intención, en el supuesto caso que se ha dicho, pero
siempre es temible.
Si el ofrecimiento fuese poderosa objeción, la misma podría hacérsela
a algunos de los declarantes; pero Vuestra Señoría con reflejo a la carencia de
oportunidad, los abosuelve justamente. Ellos, siendo hombres, no mantenién-
dose en el centro del ejército, no siguiéndoles los que lo componían, como Mi-
caela, no lo lograron; qué deberá juzgarse de ella, quien por su sexo más débil
para discurrir, y el blanco de cuantos concurrían, que le cuidaban con anhelo.
Vuestra Señoría es de prudencia, y juzgará los argumentos con el pulso que
acostumbra. Ni obsta se proponga, no haber dado parte con antelación a los
sucesos; porque como ignora el arte de escribir, era forzoso valerse de otro,
por cuyo medio infructuoso la diligencia sería inútil. No se le escondía que en
el instante se le haría saber a su marido, y que no se lograba el fin, y quedaba
colgada en el riesgo.
También podría argüírsele a Micaela que la diligencia de dar parte,
pudo interponerla con cualquier otro símbolo no relevante, transitando a otra
población, pero después de no habérsela ofrecido por su escasez o estolidez,
como no la perdía de vista el Rebelde, y fué tan maltratada por él en el tiempo
que maridablemente vivieron, le concilió horror, y creyó siempre ser conver-
sación por las ningunas facultades y representación de su persona.
Por otra parte, como cualquiera denuncia de la calidad no esclarecién-
dola, se sujetaba a igual pena que al sujeto de la atribución, y concebía carecer
enteramente de testigos. Sellaba sus labios, sin saber qué medio podría esco-
ger, por cuya razón legal parécele a Micaela no sujetarse a la pena de la
80