Page 74 - La Rebelión de Túpac Amaru II - 4
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Volumen  4
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            Rebelde dispuesto a prenderlos, y que ella lo había estorbado, diciéndole no
            era tiempo, hasta que sembrara la gente; lo que le hicieron entender en caste-
            llano a la Madrid el declarante y Figueroa, por hablar Micaela en lengua índica
            (kechwa).
                    Que ignora el que declara quién sea el que habilitó en Lima al Rebel-
            de; pero le oyó decir a Micaela Bastidas entonces que tenía siete apoderados
            en Lima su marido, pero no nombró a ninguno, y así ignora quiénes sean.
            Preguntado si sabe o ha oído decir, que alguno en esta provincia o fuera de
            ella haya ayudado al Rebelde con su persona o facultades, para mantener tan
            injusta guerra, responde: que no , y que lo que lleva declarado es la verdad, y
            lo que sabe bajo del juramento fecho; en que se afirmó y ratificó leída esta su
            declaración. Que estuvo en Tungasuca tres meses de maestro de escuela, en-
            señando también a los hijos de Túpac Amaro, el año pasado, en los meses de
            Mayo, Junio y Julio; y que por Agosto, por no alcanzarle lo que el daban para
            mantenerse, se huyó al pueblo de Acopia, donde se acomodó con el mismo
            ejercicio; que no tiene que añadir ni quitar, que es español y natural del pueblo
            de Azángaro; que anda de un pueblo a otro ganando la vida; que es de edad de
            veinte y siete años; y lo firmó con dicho Señor Mayor; de que certifico.- Cué-
            llar.- Romualdo de Ordóñez.- Pedro de Alarcón y Moscoso.
                    En el campo de Sicuani en veinte y ocho días del mes de Abril de mil
            setecientos ochenta y un años; yo don Francisco de Cuéllar, Mayor General de
            esta expedición, en prosecución de la sumaria información, mandada recibir
            en el auto antecedente, hice comparecer ante mí a Don Juan Antonio Figue-
            roa, español y natural del pueblo de Aguillón, del Reino de Galicia; de quien
            recibí juramento, que lo hizo por Dios Nuestro Señor y una señal de cruz,
            según forma de derecho, so cargo de él ofreció decir verdad en lo que supiere
            y fuere preguntado. Y siéndolo al tenor del auto que está por cabeza de estas
            diligencias, Dijo:
                    Que una noche, por el mes de Diciembre próximo pasado, aunque
            del día no se acuerda, entró Micaela Bastidas, mujer del Rebelde, a ver a Don
            Bernardo de la Madrid, y el declarante la acompañó, donde se hallaba también
            preso Don Manuel de San Roque; y se acuerda haber oído (a Micaela) decir
            a la Madrid y al declarante, que cuando vino de Lima su marido, de seguir el
            pleito del marquesado, lo esperaron varias personas en el Cuzco con una des-
            pensa bien proveída, y entonces tenían determinada la sublevación, sin que
            hubiese nombrado a persona ninguna; pero que por los preparativos que se



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