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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
La rebelión de Túpac Amaru II
Confirmado Ticona de la muerte de este, no cuidó sino de apoderarse
de los demas Aliados que quedaban como semilla para infestar nuevamente
aquella Provincia. En su consequencia logró haver a las manos varios Coroneles
y Capitanes entre ellos al famoso Felipe Nina, a la mujer y tres hijos menores
de Calisaya, a otro Andres Guargua. Este último servia con el titulo de Coronel
Cañari, que es entre ellos un empleo de mucho honor, que tiene privativamen-
te la jusrisdiccion de matar a palos y ahorcar, sin que ninguno pueda exercer
esta comision, sino los que estan autorizados con su empleo. Conbencidos de la
muerte que este havia executado en los pueblos de Ayata, Guacapata y Yanaba-
ya, le pasé por las armas en este ultimo.
Mientras regresaba la gente remitida a la Expedicion, procuré averiguar
la disposicion de los pueblos de Camata y Charasani. Del primero se me pre-
sentó un numero bastante de yndios, pidiendome les nombrese Cacique y un
Alcalde español para que los gobernase, y que me parecia adelantarse bastante
con este paso, les di gusto nombrando a los que me propusieron, con lo que se
manifestaron placenteros y caminaron a su pueblo. El cura de Charasani me
escribe el sosiego de su gente, y que si necesito auxilio estaban prontos a darlo.
A mi llegada a Yanabaya se dispusieron las mugeres que hasta entonces
se havian libertado de la muerte a salir con la tropa, pero haviendo visto que las
cosas mudaban de semblante quitado aquellos principales cabezas, se resolvie-
ron a retirarse al lugar de Tuilí mientras se acercaba la tropa del Sor. Presidente
de Charcas, que por instantes la aguardabamos. Tambien quedaron varias de
ellas en el mismo pueblo a instancia de los mismos yndios a quienes nombré
otro Alcalde español por solicitud suya.
Procuré darles a esos el mejor trato a fin de suavizarlos, y que no ex-
perimentasen nuevos alborotos que revuelvan aquellos pueblos tan distantes y
de caminos tan asperos, cuya incomodidad se aumentaba a proporcion de las
nevadas que se experimentan continuas en aquellas Cordilleras, sin que en el
Valle se disfrute mayor alivio con las continuas abundantisimas llubias y niebla
especisima, cuya humedad no lastimaba poco nuestras armas y municiones.
Este perjuicio que no era corto me resolvió mas de una vez a salir a la Cordillera
a esperar el regreso de nuestra tropa; pero haviendo mejorado un tanto en los
últimos dias el tiempo, me mantuve hasta el dia 3, en que salí dirigiendo mi
marcha acía Mocomoco, despues que el oficial real Dn. Pedro Felix Claveran
tomó razón de las haciendas pertenecientes al infame Calisaya.
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