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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             La rebelión de Túpac Amaru II
            Guaycho. Aquella noche se tomaron providencias bastantes para no ser sorpren-
            didos; se redoblaron las guardias a fin de que no interceptasen las cabalgaduras.
                    Hasta el dia siguiente que estuvieron ya presentados en marcha y tam-
            bien la compañia que servia de exploradora en bastante distancia que iba al
            cuidado del Capitan Dn. Juan Eugenio Barrios, de improviso divisaron los ce-
            rros de la derecha e izquierda cubiertos de yndios. Al instante se dio orden para
            retroceder aquella compañia y formar la tropa. Rizase todo con el mejor arreglo
            y en este estado se les convidó nuevamente con la paz y el indulto, mandando
            acercar dos compañias por dos partes distintas a que les amonestasen con ma-
            yor inmediacion; pero la respuesta fue esperarlos con piedras, fusiles, palos y rejo-
            nes insultando con ignominia el Augusto nombre de nuestro Catolico Monarca.
                    En este estado viendo frustradas las esperanzas de sujetarlos por la sua-
            vidad, se dio orden para que el sargento mayor Dn. Pablo Egaña con los capi-
            tanes Dn. Fernando Arauzo, Dn. Juan Eugenio Barrios y Dn. Josef Diaz Espejo
            con 57 hombres de Lanza y 30 de fusil acometiesen por aquella parte, con cuyo
            numero se consiguió abanzar hasta cierta eminencia corta que se havian apode-
            rado los yndios, los que escarmentados con la muerte de algunos de sus compa-
            ñeros se retiraron hasta la cumbre del cerro en que estaban situados, en donde
            no podian ofender a nuestra tropa, sino solo incomodar con su molesta voceria
            y ruido de piedras y hondas, por lo que se mando retirar la gente y oficiales des-
            tinados para este fin.
                    Por la otra parte se havia destacado el capitan Dn. Juan Zoto para que
            con su compañia en que habia algunos fusiles procurase desalojar a los yndios
            de la izquierda. La gente no manifestó cobardia antes acometió con intrepidez
            de manera que a poco rato fue necesario auxiliar a Zoto por su mucha fogoci-
            dad para ver si se conseguia ahuyentar a los yndios como se havia logrado a la
            derecha; y para executarlo se bolvio a destacar a los capitanes Arauzo, Barrios
            y Dn. Pablo Rospigliosi que se empeñaron con bravura. Pero haviendo cargado
            la multitud en circunstancias de estar bastantemente abanzados en la falda del
            cerro fue preciso disponer retirarse del modo posible porque los corralones,
            piedras y barrancas no permitian verificarlo con orden. Executose sin mayor
            perdida a excepcion de uno u otro que tomando su direccion por unos corra-
            lones, no pudieron (estando muy desviados) abrirse lugar para librarse de la
            crueldad de los Rebeldes.
                    En estas circunstancias conociendo el Comandante la mala situacion
            del campo; que alguna gente se hallaba mal herida, y que si los rebeldes cuyo



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