Page 482 - La Rebelión de Túpac Amaru II - 4
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Volumen  4
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            su marcha, advirtió amonestar a los Rebeldes de Guaycho a que se aprovechasen
            del indulto general. Executolo aunque sin fruto, porque estos incitados de un
            tal Carlos Apaza y Pedro Vilca Apaza, no pensaban sino en dar cumplimiento
            a un Auto de la combocatoria que a nombre de estos dos se havia publicado.
            Nada valio para atraerlos a la debida obediencia, ni la amenaza, ni el exemplo de
            fidelidad de los demas pueblos que con este motivo no havian experimentado el
            menor perjuicio; antes cometieron la iniquidad de asesinar al yndio comisiona-
            do que fue a este fin.
                    En esta razon despues de seis dias de haver llegado al citado Mojo expe-
            rimentando diariamente mas y mas fidelidad en los Naturales, se recibió carta
            del comandante Segurola, dando noticia de su regreso a la ciudad de la Paz; y
            al mismo tiempo de que los pueblos de la Provincia de Achacache, y algunos
            de Larecaxa quedaban castigados, y aun escarmentados con muerte de mas de
            dos mil. Por otra parte se tuvo noticia de que el citado Vilca Apaza reclutaba
            gente por la parte de Putina con el designio de unirse con Carlos Apaza (que lo
            conocen los yndios por Puma Catari Ynga) que del mismo modo practicaba las
            mismas diligencias por las inmediaciones de Mocomoco, Ytalaque y Guaycho.
                    Con estas noticias se contrajo el Comandante a reflexiones sobre el par-
            tido que debería tomar. No parecia regular retroceder en busca de Vilca Apasa
            hasta Putina, dexando a Puma Catari a las espaldas tan inmediato. Tampoco era
            conveniente dexar sin castigo a los yndios de Guaycho que solo distan 8 leguas,
            y segun las cartas de Segurola se concebia que solo aquel Pueblo restaba que so-
            segar para reunirse con la Provincia de Achacache ya fiel. Por otra parte parecia
            mas conveniente de hacer aquella partida y volver sobre la de Vilca Apasa cuyas
            tropas se desharian con mas facilidad tomandolas desunidas. Estas considera-
            ciones agregadas a las noticias que se repetian de que el Sor. Inspector venia
            caminando a las inmediaciones de Azangaro (que si se verificaba) derrotarian
            los infames insurgentes de Vilca Apasa, se resolvio a hacer Junta para determi-
            nar con los oficiales el partido que se debería abrazar, y la mayor parte fue de
            dictamen de que no se dexase el pueblo de Guaycho a las espaldas sin castigo.
            En vista pues de las reflexiones dichas, y del general consentimiento de la gente
            quisieron aprovecharse de tan bella coyuntura e inmediatamente se dieron las
            provisiones para la marcha que se verificó con el mejor orden.
                    Aquel dia que fué el 28 de Marzo no se divisó ni advirtió movimiento
            por parte alguna que indicase oposicion de parte de los rebeldes, por lo que
            se caminó con el mayor sosiego, y llegamos ya a dos leguas de distancia de



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