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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
La rebelión de Túpac Amaru II
noticia de que, despues de mil desórdenes é infamias cometidas en Lampa y
sus cercanias, y dejando secretamente una órden para que se me prendiese,
y remitiese por mis propias gentes, dirigida por uno que fué cacique de los
indios de esta villa, como se me ha comunicado con la mayor reserva, habia
ya retrocedido, sin dejar penetrar el verdadero motivo que pudo dar á una
resolucion tan inopinada.
7. Pero como reflexionase yo con la aplicacion que demandaba lo im-
portante de la materia, sobre la que á mí me parecia indolencia en los Corre-
gidores del Cuzco, Paz y Arequipa, en retardar y no conceder los socorros que
á estos dos últimos se habian pedido, para la recuperacion de las nueve pro-
vincias que injustamente habia abrazado la dominacion del traidor, me resolví
á pasar personalmente á Arequipa, con el fin de retirar ó acalorar con eficacia
las instancias del auxilio tantas veces apetecido, lisonjeándome entretanto con
la noticia de que, en virtud de las órdenes que se me habian dado en la capi-
tal de Lima, debia marchar el Sr. Visitador General con suficiente número de
tropas y pertrechos necesarios, con el destino de incorporarse con el de esta
provincia, para una formal expedicion contra los sublevados.
8. Pero, por un extraordinario que llegó despues, supimos la repentina
determinacion del Sr. Visitador, de no continuar sus jornadas para Arequipa,
sino torcer de las mediaciones del camino para el Cuzco, con las tropas que
conducia, sin remitir órden alguna al referido corregidor, que sirviese de go-
bierno á sus resoluciones. Esta novedad, que nos llenó de notable confusion
y perplexidad, al paso que me hizo totalmente imposible la consecuencia del
socorro que solicité, perfeccionó la idea que ya habia formado yo de restituir-
me á mi capital, aun teniendo presente el peligro que corria mi persona, con
ánimo de sacrificarla generosamente al servicio de S. M., en caso necesario,
como con efecto verifiqué mi arribo á esta el 10 de Enero. Y como fuese yo
el primero de los corregidores que regresase á su provincia, contemplando el
abandono en que por necesidad de los otros experimentaban las restantes,
arbitré valerme de algunas providencias extrajudiciales y reservadas, á fin de
adquirir noticias útiles para nuestros designios, y mantener en ellas en fideli-
dad todos aquellos que se conservaron exentos del contagio, en medio de los
débiles que se dejaron seducir por los engañosos artificios de Tupac-Amaru.
9. Nada de esto embarazó la contínua y diaria aplicacion con que pro-
curé disciplinar las milicias de mi cargo, para adiestrarlas en el manejo de
las armas, con el fin de incorporarme con las tropas que se decia conducia el
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