Page 230 - La Rebelión de Túpac Amaru II - 4
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Volumen  4
                                                                      Conclusión de la rebelión
            Lampa, se guarde desconfianza en la conducta de los milicianos, en quienes
            no sirve de gobierno el honor, para el arreglo de sus operaciones, mayormente
            hallándose provocados con el insidioso atractivo de que no sufrirán la menor
            violencia ó perjuicio, y teniéndose presente, que una mayor parte de la pól-
            vora y balas, dispuestas para nuestras armas, habian caido en poder del indio
            en el mencionado Ayavirí de que se hizo dueño, juzgamos de que parecia mas
            acertado el retirarnos al pueblo de Cavanilla: y se hubiera practicado, si al mis-
            mo tiempo de intentarlo, no se hubiera advertido que las milicias del pueblo
            de Lampa no verificaron su reunion.
                    5. Por esta causa el Gobernador de Chucuito y yo, despues que llega-
            mos al dicho Cavanilla, en compañia del de Lampa, Azangaro y Carabaya, nos
            dirigimos con nuestras gentes á nuestras respectivas provincias, marchando
            los otros á la ciudad de Arequipa, en solicitud del auxilio que ya el primero
            tenia pedido. En este caso, en que podia ya contemplarse la capital de Puno,
            como barrera de estas provincias de arriba, sugetas al gobierno de este virei-
            nato, y con ánimo de defenderla, pasé revista de mis gentes, que las hallé com-
            pletas, y solicité que el Corregidor de la Paz y el de Chucuito, me franqueasen
            algun socorro, que no fué posible alcanzarlo, y aun á pesar de los positivos
            deseos con que el último pretendía unir sus fuerzas con las mias, para que
            entrambos obrasemos de acuerdo, porque se hallaba sumamente inquieta su
            provincia.
                    6. En este estado, que fué sumamente doloroso y sensible á mis deseos,
            y á vista de que todos los que podian servir en iguales circunstancias determi-
            naban salir ya de esta villa, para retirar sus familias y sus muebles, y sustraerse
            del furor y latrocinio del traidor y todas sus gentes, resolví retirarme con los
            que se hallaban capaces de seguirme, á aguardar el auxilio pedido, y evitar á
            nuestras provincias el delito, de que acaso procurasen redimir los destrozos
            que recelaban, con el atentado de insultar nuestras personas, para entregarlas
            á aquel infame. Con efecto, el dia 11 de Diciembre pasado, despues de haber
            divulgado por cierto, que pasando ya el precitado Lampa, venia marchando
            hácia esta villa, que solo dista 14 leguas ele este pueblo, mandé juntar los ve-
            cinos que habian quedado, y animando mis espresiones con mucho celo y
            honor al real servicio, les exhorté vivamente á la mayor fidelidad de nuestro
            legítimo Soberano, para precaverlos de la seduccion y el engaño; y dejando
            aseguradas las pocas armas, para que no se apoderase de ellas el enemigo, me
            retiré doce leguas de aquí, donde me mantuve, hasta que se me comunicó la



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